Juan Carlos I cumplió el pasado 5 de enero 87 años, y hay un tema que cada día es más recurrente en sus conversaciones, la muerte. La semana pasada viajó a Reino Unido para ver a sus nietos y se reencontró con Carlos III, los dos hablaron de este tema. El emérito sabe que es muy mayor y que su final está cada vez más cerca. Ya no es aquel rey todopoderoso que gozaba de inviolabilidad, además se ha marchado por la puerta de atrás. El padre de Felipe VI no podrá tener un funeral de Estado como el de la reina Isabel II, y tal vez ni tan siquiera puede ser enterrado en la cripta real porque no hay sitio.
Se creía que Juan Carlos I volvería a España en sus últimos años para morir en su país, sin embargo Felipe VI no lo tiene claro porque su padre se pone siempre en el foco mediático y puede provocar el caos en la corona. El emérito fallecerá en Abu Dabi o en Ginebra y su cuerpo será repatriado. Según expertos en Casa Real esto será un escándalo. La familia no está de acuerdo con la decisión del actual rey.
Por este motivo, las infantas Elena y Cristina viajan en numerosas ocasiones a Abu Dabi, para pasar el mayor tiempo con él y ayudarle en todo lo que sea posible. Juan Carlos ha reconocido que a pesar de todas las visitas que recibe se siente solo, él quiere estar en su país.
Juan Carlos I terminará sus días en una silla de ruedas por la artrosis que padece
El marido de la reina Sofía está muy delicado, especialmente en relación a su movilidad. Desde hace años ha arrastrado problemas severos, en una década ha sido intervenido de la cadera y las rodillas más de una decena de veces, sin mucho éxito. En los últimos años se ha sometido a tratamientos revolucionarios basados en la medicina regenerativa, pero ya no surten efecto. Los médicos se han reunido con él y le han comunicado que terminará sus días en una silla de ruedas, una de sus peores pesadillas. Tampoco se le podría operar de nuevo porque ya es demasiado mayor y sería peligroso. Además, Juan Carlos padece artrosis, su pierna izquierda se está quedando prácticamente inmóvil.
Juan Carlos I no quiere ser dependiente de nadie, para eso prefiere morirse. Estos últimos resultados médicos le han provocado una profunda tristeza, lleva unas semanas que ni tan siquiera sale de su habitación. No tiene hambre, se está abandonando. Cristina y Elena están ejerciendo presión a Felipe VI para que por lo menos traiga de nuevo a su padre a España.
