Juan Carlos I ha amasado una importante fortuna. Se calcula un total de dos mil millones de euros en patrimonio. Este dinero se dividiría en dos partes, ya que Felipe VI renunció a la herencia de su padre para salvar a la corona tras sus múltiples polémicas. Las únicas herederas universales serán las infantas Elena y Cristina. Hace unos años el emérito empezó a dejar listo todo para que no supusiese un grave problema para sus hijas y que no tuviesen problemas con la Hacienda Pública. Ha vendido muchas de sus propiedades de Galicia y Cataluña, el marido de la reina Sofía solo quiere que hereden dinero en efectivo, que puede mover fácilmente fuera de su país.
El padre de Felipe VI creó hace unos meses una fundación en Abu Dabi para facilitar la herencia a las infantas Elena y Cristina para que ese dinero no pasase por las manos de la Hacienda Pública. En el caso de la infanta Cristina es mucho más fácil porque aunque se ha comprado un piso en Barcelona, su residencia oficial continúa en Ginebra, donde pasa más de 183 días. En el caso de la infanta Elena se buscó un testaferro, por ello Froilán vive en Abu Dabi y no piensa regresar hasta el fallecimiento de su abuelo. Él será quien herede la fortuna.
Hace casi cinco años que el emérito vive en Abu Dabi, y allí también está cosechando una importante fortuna. Entre uno de los regalos que las infantas Elena y Cristina recibirán de los Emiratos Árabes, es la mansión en la que vive en la actualidad, y que ellas mismas han visitado en numerosas ocasiones. Un regalo de Mansour bin Zayed Al Nahyan, magnate árabe y propietario del Manchester City. Valorada en más de 11 millones de euros, la villa está situada en la exclusiva isla de Nurai, un rincón donde el lujo alcanza niveles que desafían la imaginación.
Juan Carlos I deja ricas a las infantas Elena y Cristina
Cuenta con seis habitaciones, cada una con su baño, y otro para invitados, un total de siete, acceso a una playa privada, y una piscina infinita. A Juan Carlos no le falta absolutamente nada. Tiene una mesa de billar, un futbolín, una bodega, incluso una sala de cine con capacidad para 18 personas. Es una casa muy amplia, cómoda para sus problemas de movilidad. Entra mucha luz debido a sus amplios ventanales. Las vistas son insuperables.
En la mansión no vive solo, le acompañan unas cinco personas españolas a su servicio: tres ayudantes de cámara y dos escoltas. Estos últimos en realidad son cuatro, ya que se turnan de dos en dos cada 15 días. También cuenta con las visitas constantes de su médico de confianza, el doctor Manuel Sánchez. También tiene a su servicio un fisioterapeuta y un entrenador personal que le ayuda a mantenerse de la mejor forma posible y solucionar sus problemas de movilidad.
