Juan Carlos I se ha puesto de nuevo en el foco mediático al querer hacer justicia por su mano sin ni tan siquiera consultar con Casa Real. Según las últimas informaciones, el emérito demandó a Miguel Ángel Revilla poniéndose prácticamente a todo el mundo en contra, ya que el político tiene el cariño del público, algo que él ha perdido hace mucho tiempo. Por culpa de eso no le quedó más remedio que hacer caso al cántabro y demandar a Corinna Larsen para que todo sea más justo porque si el político ha vulnerado su honor, la empresaria alemana se ha pasado de rosca.

Juan Carlos y Felipe
Juan Carlos y Felipe

El emérito está muy enfadado con muchas personas. Dolido por el trato que ha recibido en los últimos años. Se siente solo y humillado. Un exmonarca que ha gozado de inviolabilidad y ha sido todopoderoso. Ahora se ve con alguien totalmente anulado. Por este motivo se ha querido tomar la justicia por su mano para que todo el mundo sepa que aún está ahí. Además, tampoco ayudan sus problemas de salud. El exmonarca ha sufrido mucho al recibir una de las noticias más duras, terminará sus días en una silla de ruedas. Siente rabia e impotencia y esta es la mejor forma de desahogarse.

Se comenta que el rey emérito siente un profundo temor a enfrentar la muerte en soledad, aunque en realidad no está tan aislado como algunos sugieren. Juan Carlos I seguiría manteniendo un vínculo cercano con Marta Gayà, una figura bien conocida por la opinión pública. Esta empresaria mallorquina ha sido la compañera más constante y leal del exmonarca, a diferencia de otras mujeres de su pasado como Bárbara Rey o Corinna Larsen. Marta suele acompañarlo en Abu Dabi, donde reside habitualmente, lo que explicaría los frecuentes viajes del emérito a esa ciudad.

Juan Carlos I protege a su pareja en Suiza 

Según la periodista Pilar Eyre, ambos vivirían juntos en Cologny, una exclusiva zona cerca de Ginebra con vistas al lago Léman. “Los grandes enamorados, compartiendo su refugio en Ginebra”, dice Eyre. El apartamento donde pasan este invierno fue un regalo del rey a Marta en 2007, y es allí donde el emérito está atravesando esta etapa final de su vida, con una cierta paz gracias a la compañía de quien ha sido su confidente durante más de cuarenta años. Juan Carlos ha evitado viajar recientemente a Sanxenxo, no por razones médicas, como se ha dicho, sino porque cada vez le cuesta más separarse de Marta, lo que seguramente reducirá sus visitas a España—algo que, según se dice, alegra a su hijo Felipe VI y a la reina Letizia. Aunque oficialmente su residencia fiscal sigue estando en Abu Dabi, sus aliados entre los jeques parecen ser bastante permisivos con su estancia en Suiza.

Marta Gayà ha alcanzado una posición acomodada junto al exmonarca, y en su entorno se la ha llegado a llamar “la mantenida”. Su relación, que se ha extendido por casi veinte años, le ha proporcionado un considerable patrimonio, comparable al de miembros de la familia real. A pesar de ser consciente de las infidelidades de Juan Carlos, Marta no se apartó, sabiendo que la relación le reportaba beneficios. Ha recibido al menos cuatro propiedades: una en Cologny, otra en Gstaad, una frente al mar en Mallorca y un ático en Madrid, además de una asignación económica muy generosa que le garantiza una vida sin preocupaciones financieras.

Letizia hablando con Juan Carlos / EFE
Letizia hablando con Juan Carlos / EFE