Juan Carlos I celebró el pasado 5 de enero su cumpleaños y contó con la presencia de sus dos hijas, y algunos de sus nietos, entre los familiares más cercanos. La infanta Elena nunca se ha separado del emérito. Desde que vive en el exilio en los Emiratos Árabes ha viajado unas 60 veces públicamente, y en España siempre es quien le acompaña a las regatas, como sucederá este mismo fin de semana en el que se espera al padre de Felipe VI en Sanxenxo. La madre de Victoria Federica y Froilán es la más Borbón de toda la familia, fiel defensora del reinado de su progenitor, por ello no ha estado de acuerdo con algunas de las decisiones de su hermano, como el exilio de su padre, cree que era una medida totalmente innecesaria e injustificada, además, ella misma ofreció su casa, recién reformada para personas con movilidad reducida, para acogerle.

La infanta Elena está muy preocupada por Juan Carlos y así se lo ha hecho saber a Felipe VI, quien tiene el poder de decisión. El monarca no tiene pensado trasladar a su padre a España por el momento. No va a dar la orden hasta que el marido de la reina Sofía esté muy enfermo y requiera de asistencia médica. Cuando le comuniquen que le queda muy poco tiempo será trasladado a su país para morir en Madrid, pero no puede poner nunca más un pie en Zarzuela.
Juan Carlos I sabe que acabará sus días solo, como un rey derrotado. Para colmo el emérito ha recibido los peores resultados médicos. Le han comunicado que los tratamientos revolucionarios basados en la medicina regenerativa ya no funcionan y deberá acabar sus días postrado en una silla de ruedas. Algo que él no contempla porque no quiere verse como una persona dependiente.
La infanta Elena está muy preocupada por el estado anímico de su padre
El emérito tiene pánico a la silla de ruedas y a su muerte. Cada año es más triste porque se nota más débil e incapaz de hacer las cosas por sí mismo. Además se ve solo a miles de kilómetros de distancia. Personas de su entorno aseguran que tiene pesadilla. La infanta Elena siempre le llama para ver cómo se encuentra y el marido de la reina Sofía siempre le contesta lo mismo hasta que termina llorando sin poder pronunciar ni una sola palabra. Mantuvieron una conversación la madrugada pasada para concretar su fin de semana en Galicia.
La infanta Elena está muy preocupada por el estado anímico de Juan Carlos I, ya que esta tristeza podría acabar en una depresión y a una edad muy preocupante, con todos los achaques de salud que tiene por delante.