En el transcurso de los últimos cuatro años, Juan Carlos I ha vivido lejos de España, dividiendo su tiempo entre Ginebra y Abu Dabi. A pesar de su anhelo de retornar permanentemente a su país natal, los reyes actuales, Felipe VI y Letizia, no contemplan esa posibilidad en el horizonte cercano. La imagen pública del rey emérito se ha visto afectada por diversas controversias, lo que ha generado cierto rechazo en una parte de la población española.
Durante el último año, Juan Carlos ha tratado de mantener una apariencia de normalidad con esporádicas visitas a España, incluyendo eventos como regatas y celebraciones familiares. En el 2023, pisó suelo español hasta en siete ocasiones.
El deterioro físico de Juan Carlos I es irreversible
Sin embargo, hay aspectos que no pasan desapercibidos, especialmente aquellos relacionados con su estado de salud. A pesar de sus esfuerzos por proyectar una imagen vigorosa, la realidad privada revela una situación delicada. Las complicaciones derivadas de una cadera gravemente dañada por un accidente de esquí y una operación mal ejecutada han limitado severamente su movilidad. Ahora, depende de una silla de ruedas para sus desplazamientos diarios, enfrentando intensos dolores que afectan hasta las actividades más básicas de su rutina.
A sus 86 años, el rey emérito Juan Carlos I ha experimentado un notable deterioro de su salud, reflejo del paso del tiempo y de las condiciones médicas que enfrenta. Recientemente, se ha observado que sus intentos por mantenerse de pie son cada vez más limitados, lo que lo ha dejado prácticamente inmovilizado y enfrentando dolores constantes.
Juan Carlos I acabará en silla de ruedas
A pesar de recurrir a un bastón para ganar algo de independencia, cada mes debe acudir a una clínica prestigiosa en busca de un tratamiento innovador para mitigar sus molestias. Sin embargo, los resultados de su último examen médico han confirmado los peores presagios: Juan Carlos se enfrenta a la inevitabilidad de pasar el resto de sus días en una silla de ruedas debido a su deterioro óseo irreversible. El reciente informe médico, reportado por e-notícies, revela un empeoramiento significativo en su estado de salud. A pesar de mantener una rutina de ejercicio supervisada y cuidados especializados, nada parece detener su declive físico.
Para adaptarse a sus nuevas necesidades, Juan Carlos I ha ajustado sus residencias tanto en Zarzuela como en Abu Dabi, instalando rampas y otros dispositivos para facilitar su movilidad. Actualmente, pasa considerable tiempo en Ginebra, alojándose en el hotel Four Roses, donde cuenta con todas las comodidades necesarias para su día a día.
El apoyo constante de un equipo de cuidadores, disponibles las 24 horas del día, ha sido crucial en su vida cotidiana, asistiéndolo en cada aspecto de sus necesidades básicas y actividades diarias. A pesar de las dificultades, Juan Carlos I enfrenta con entereza los desafíos que su condición de salud le presenta, rodeado del cuidado y el apoyo de quienes lo rodean.