La saga de infidelidades en la vida del ex monarca Juan Carlos I ha sido objeto de numerosos titulares y especulaciones a lo largo de los años. A lo largo de las décadas, las historias de infidelidad y aventuras amorosas han oscurecido la imagen del rey emérito, erosionando la percepción pública de su matrimonio con la reina Sofía y su papel como figura emblemática de España.

Desde su tumultuosa relación con Corinna Larsen hasta sus vínculos con Bárbara Rey y Marta Gayá, la lista de amantes del rey emérito parece interminable. En ella también está Olghina de Robilant, su primer amor en la década de los 50. Y Gabriela de Saboyas, quien fue amante del emérito antes de casarse con Sofía. La lista parece no tener fin.  Sin embargo, entre todos estos nombres conocidos, surge uno que llama especialmente la atención: su prima de sangre azul Diana de Orleans.

Corinna Larsen y Juan Carlos I
Corinna Larsen y Juan Carlos I

El rey Juan Carlos I tuvo un romance con una prima suya de sangre azul

Pilar Eyre lo reveló en el programa ‘Cazamariposas’, con motivo de su libro ‘Carmen la rebelde’, sobre la amante del rey Alfonso XIII Carmen Ruiz Moragas. "¿Quién la tiene más larga... ¿la lista de amantes? ¿Alfonso XIII o su nieto, el rey emérito Juan Carlos”?, le cuestionaron. Eyre se puso a pensar unos segundos y empezó a nombrar iniciales a pares: “B.R, M.G, T.S, T.B, S.M, M.D, M.G.B, O.R, R.A.M, R.B, R.A, L.A, B.A, CH, T.T, S. A. T... es que hay miles". La periodista dejó claro que la lista de Juan Carlos era interminable. 

La reina Sofía nunca soportó a Diana de Orleans

Fue entonces cuando Eyre habló del affaire entre el emérito y Diana de Orleans. Casada con el duque Carlos de Wurtemberg, esta mujer era prima del rey emérito, y su relación extramatrimonial fue un secreto guardado celosamente durante años. Esta revelación, surgida de la pluma de la periodista Pilar Eyre, arroja una nueva luz sobre la compleja vida amorosa de Juan Carlos I.

Diana de Orleans
Diana de Orleans

Una Diana de Orleans a la que la reina Sofía tenía una especial animadversión. Pero no por su romance con Juan Carlos I, sino por cómo hablaba de sus hijos, las infantas Elena y Cristina y el rey Felipe VI. Por lo visto, Diana decía que los tres estaban muy maleducados, que hablaban al servicio con altivez y que no respetaban a las personas mayores.