Que la segunda visita de Juan Carlos al Estado español no tiene nada que ver con la primera empezó a quedar claro tan pronto como como el jet privado del emérito aterrizaba en Vigo. El exmonarca tenía mala gaita, el recibimiento era escaso, el contacto con sus fans exiguo y a través de la ventanilla del coche de su amigo Pedro Campos. Las recomendaciones, o mejor dicho, las exigencias de Zarzuela hacía efecto: no querían espectáculos públicos. Que visitara Sanxenxo y las regatas ya era un desafío flagrante, Felipe actuó rápido castigándolo sin ir a la coronación de Carlos III. El patriarca agachaba la cabeza y obedecía tragándose su orgullo, una actitud que ha mantenido durante el resto de estancia en las Rias Baixas. Aun así ha podido hacer lo que quería: recreo, amigotes y festines de marisco. Ahora tocaba largarse y continuar el periplo. ¿Dónde? Este era el misterio.

Durante los días previos a la llegada vía Londres se especuló con las intenciones de Juan Carlos y los destinos del viaje. Se hablaba Catalunya y de otro amigo, Josep Cusí, con quien trataría de vender propiedades inmobiliarias para poner a punto la fortuna que dejará en herencia. Otra posibilidad era Madrid, donde aparte de hacer más papeleo tiene a la familia, una extraña familia. La 'A' y la 'B'; la del rey, la reina y sus hijas, con los que la relación es tirantísima, y la de sus hijas infantas y los nietos, que lo consideran un ídolo. Pues bien, finalmente ni Barcelona ni Madrid, el emérito ha sorprendido a todo el mundo presentándose en Vitoria-Gasteiz. ¿Por qué la capital de Euskadi? Fácil: la conoce muy bien.

Juan Carlos se va de Sanxenxo / EFE
Juan Carlos en el aeropuerto de Foronda en Vitoria-Gasteiz / EFE

El Borbón cambia Sanxenxo por Vitoria-Gasteiz, la ciudad de su enemigo

Juan Carlos tiene dos vínculos importantísimos con la ciudad alavesa. El primero es familiar, al menos de momento. Familia, que no amigos: aquí vive Iñaki Urdangarin, el todavía marido de Cristina. Hasta el próximo mes de junio seguirán casados, aunque su yerno salga con otra señora desde hace más de un año. Una infidelidad pública que, paradojas de la vida, hizo subirse por las paredes al Borbón en Abu Dhabi. El hombre más mujeriego de la historia cabreado porque su discípulo lo emulaba. La diferencia es que a Urdangarin lo habían pillado en una portada y que la agraviada era sangre de su sangre. Juan Carlos se ponía la capa de superpapi y dejaba de querer a Iñaki. El hombre al que había enseñado tantas cosas y que acabó en la cárcel por el Caso Nóos, mientras la infanta se sentaba en el banquillo de un juzgado. El vasco se comió el marrón como un buen muchacho, sin poner en marcha el ventilador ni decir palabra. Una lealtad, sin embargo, que no sirvió de mucho tras la aparición de Ainhoa Armentia. La negociación del divorcio, con su yerno exprimiendo la fortuna familiar, tampoco es que ayude mucho, más bien lo contrario. Mucho lío.

Juan Carlos e Iñaki Urdangarin / GTRES
Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia / Instagram

Juan Carlos, visita médica a 3 minutos de casa de Iñaki Urdangarin

Pues bien, Juan Carlos ha pasado la noche a 3 minutos de distancia de Iñaki, poco más de un kilómetro. Lo hacía en la clínica del doctor Eduardo Anitua, una eminencia de la odontología y que trabaja codo con codo con otro especialista de prestigio mundial en los campos de la traumatología, la cirugía artroscópica y la medicina deportiva, Mikel Sánchez. El rey es paciente suyo desde hace muchos años, como también de otros profesionales de la ciudad por sus problemas en las rodillas. El instituto médico se ubica en un chalet impresionante de la exclusiva zona de Armentia, una instalación que cuenta con un apartamento privado y que el Borbón conoce bien, lo ha ocupado en muchas ocasiones. Desde allí tardas 180 segundos en coche hasta la casa de Iñaki, o mejor dicho, de su madre Claire Liebaert, escenario de muchas fotografías familiares de los Urdangarin Borbón durante los años dorados de su relación sentimental y familiar. Vaya, que si quisiera hacer una visita para pedirle explicaciones, lo tiene fácil.

Eduardo Anitua y Mikel Sánchez, médicos de Juan Carlos / Clinicaeduardoanitua.com
La clínica de Eduardo Anitua en Vitoria-Gasteiz / Google
Iñaki Urdangarin y Cristina en Vitoria / GTRES

Toda Vitoria expectante, ¿habrá movida? Cristina comiendo palomitas.