Juan Carlos de Borbón está nervioso, excitado, ansioso. Su vida supuestamente aburrida y monótona en Abu Dabi está a punto de vivir un punto de inflexión. Fugaz, pero qué importa. Su agenda tiene marcada una fecha de forma especial: una boda. Un enlace entre la hija de su mejor amigo en los Emiratos y un familiar de su benefactor, el hombre que lo convirtió en rey. Dicho así suena bonita la cosa, ¿verdad? El problema es que con el Borbón todo tiene letra pequeña. Y es terrible, un horror. Dos dinastías quedarán unidas en matrimonio; la de un traficante de armas en busca y captura por la justicia española, y la del dictador fascista Francisco Franco. Todo bajo la mirada y la bendición del rey emérito, padre de la democracia, etcétera. Un desbarajuste.

Juan Carlos en Abu Dabi / EFE

Los novios son Juanjo Franco Suelves, hijo de Francis Franco, con Khali El Assir Fernández-Longoria, hija de Abdul Rahman El Assir. Este último es un buen amigo del monarca desde los años 80, aunque se distanciaron durante una larga temporada. Años en los que El Assir hizo crecer su leyenda negra: el empresario de orígenes en Afganistán, un experto en negocios oscuros, fue haciendo amigos en países como España, Francia o Suiza. Sobre todo en la judicatura: jueces de los tres países lo persiguen por delitos económicos diversos. En España, por ejemplo, por evadir 75 millones de euros. Precisamente por eso el hombre ha acabado escondido en Abu Dabi, curiosamente como Juan Carlos I, reanudando su relación de amistad e incluso convirtiéndose en el asesor del Borbón en los días más crudos de su existencia. Todo queda en casa.

En el bodorrio se producirá un encuentro que también tiene su miga. El cara a cara entre Juan Carlos y Tamara Falcó, íntima amiga del novio. La hija de la Preysler no se ha querido perder la fiesta a miles de kilómetros de Madrid, distanciándose una vez más del revuelo por su separación con Íñigo Onieva. Desde que saliera a la luz el vídeo de su ex prometido besando a otra chica en un festival de música en los EE.UU. ha viajado más que Willy Fog. Primero a México para participar en unas jornadas de fundamentalistas pro-vida, de la cuerda de la asociación Hazte Oír. Después a Lourdes vestida de hermana auxiliadora. Entre medio, visitas a 'El Hormiguero' dejando una nueva muestra de su talante pijo, clasista y reaccionario. Y la guinda, su estancia en Abu Dabi con estas compañías. Ideal de la muerte.

Tamara Falcó en Lourdes / GTRES

Nos morimos por ver la foto de estas dos figuras de la España más rancia dándolo todo en la pista de baile. Y que después la Falcó lo explique a su manera en la tertulia de Pablo Motos. Una estampa que irá directamente al museo de los horrores, no tengan ningún tipo de dudas. Lo que Franco, las armas y los delitos han unido, que no lo separe el hombre. Viva los novios. Pero que vivan muy lejos, si es posible.