Juan Carlos I se ha puesto en el foco mediático una vez más tras desaparecer de las regatas de Sanxenxo que se celebraron el pasado mes de marzo. Se dijo de él que tenía programada una revisión médica para cambiar las pilas de algún marcapasos o algún aparato del estilo. Además aprovechó la ocasión para visitarse en el hospital La Tour de Ginebra con los traumatólogos por sus eternos problemas de movilidad.

Hace cinco años que el exmonarca vive en el exilio en los Emiratos Árabes. Felipe VI se cansó de todas las polémicas que le rodeaban y para que no pusiese en peligro a la corona con sus problemas con la Hacienda Pública decidió alejarle de España, de esta forma preservaba el futuro de la corona. Con un gran enfado, Juan Carlos I se instaló con algunos de sus amigos jeques en Abu Dabi. Allí no le falta absolutamente de nada, aunque echa de menos a sus amigos y familiares. Está solo, y contra más mayor se hace más solo se ve.
Por alguna extraña razón que se desconoce, Juan Carlos I ha tomado la determinación de demandar a Miguel Ángel Revilla por vulnerar su honor con falsas palabrerías. Le exige una pensión compensatoria de 50.000 euros que donará a causas sociales. Un movimiento del que Casa Real no era conocedora y se ha desvinculado totalmente. Tanto Felipe VI y Letizia como el resto de ciudadanos creen que está cometiendo un gran error. La figura del emérito ha quedado deslucida con todos sus problemas y este movimiento solo ha hecho que todo vuelva a la luz pública. Se habla de él y de sus problemas con Hacienda y sus amantes. La denuncia se ha vuelto en su contra y es probable que no prospere.
Felipe VI acaba cansándose de Juan Carlos I, destierro en Abu Dabi para siempre
La relación padre e hija se ha vuelto mucho más tensa y es probable que el emérito reciba un castigo ejemplar y no aparezca por España en un largo periodo de tiempo. Los dos tuvieron una fuerte discusión el pasado fin de semana y terminaron a gritos. Y no solo por la demanda al político, sino por la supuesta publicación de sus memorias.
Casa Real intentó frenar unas supuestas memorias que Juan Carlos I escribió hace un año y ahora verían la luz, igual que las fotografías de Leonor tomando el sol en bikini. Todo llega. Ha cedido su versión de la historia a la escritora francesa Laurence Debray. Será la editorial Planeta quien saque adelante esta polémica obra.
En este caso Felipe VI fue informado previamente de la intención del emérito de publicar sus memorias, aunque siempre ha intentado convencerle para frenar la fecha de publicación.
La relación entre padre e hijo es cada vez más complicada. Juan Carlos I no le está poniendo las cosas fáciles.
