Todos los medios de comunicación esperaban la visita de Juan Carlos I en Sanxenxo el pasado fin de semana para participar en las regatas, pero finalmente no ha podido materializarse. No se había confirmado de forma oficial, pero se sabía que no iba a faltar a la cita por nada del mundo, sin embargo su salud le ha jugado una mala pasada. Hace meses que anunciamos un importante declive en la salud del emérito debido a su avanzada edad y a sus graves problemas de movilidad que arrastra desde hace años. El marido de la reina Sofía ha sido intervenido más de una decena de veces tanto de las rodillas como la cadera. Sufre artrosis y sus huesos están muy desgastados. Su movilidad es reducida y cualquier día ni tan siquiera podrá moverse por sí solo.

Juan Carlos I
Juan Carlos I

La ausencia de Juan Carlos I en Galicia ha causado un gran revuelo y una fuerte preocupación, se han desatado todo tipo de rumores y Casa Real, lógicamente, no ha querido pronunciarse al respecto. No es la primera vez que se pierde una cita tan importante para él por culpa de su salud.

Hace unos meses los médicos le comunicaron que el tratamiento de medicina regenerativa basado en células madre al que se sometía ha dejado de surtir efecto. Esas infiltraciones ya no funcionan y está destinado a quedarse en una silla de ruedas hasta el fin de sus días. Una pesadilla muy recurrente que no quiere que pase. El emérito está muy triste solo de pensarlo, no quiere ser una persona dependiente. Tienen mucho miedo a verse solo y necesitado. No sale de la habitación y apenas quiere comer.

Juan Carlos I terminará sus días en una silla de ruedas 

“El Rey emérito se ha visto obligado a quedarse en Ginebra en esta ocasión, donde se está sometiendo a sus revisiones médicas periódicas”, ha publicado el Diario de Pontevedra. 

Juan Carlos I pasa cada vez más tiempo en Ginebra. Allí están los mejores médicos y se cree que algún día terminará viviendo en Suiza. De esta forma estaría más cerca de España si pasase cualquier cosa o tuviese un contratiempo de salud. Además, los desplazamientos son mucho más cortos. En menos de dos horas estaría en Madrid.

La pierna izquierda del emérito ya no funciona. “El rey Juan Carlos tiene una voluntad inquebrantable, pero las limitaciones físicas son evidentes”, explicó entonces el entorno del padre de las infantas Cristina y Elena, para después señalar que “el Bribón es una embarcación que requiere agilidad y destreza”. Tiene mucho miedo de que nunca más pueda participar en una regata, ni tan siquiera para ir sentado.

Juan Carlos en silla de ruedas
Juan Carlos en silla de ruedas