Juan Carlos I ya está acostumbrado a su nueva vida en Abu Dabi. Cuando se le comunicó que debía exiliarse no lo vio con buenos ojos, pero ahora ha sabido sacarle el máximo provecho. Se encuentra fuera del ojo de la Hacienda Pública y además no tiene que declarar en España, el régimen fiscal de los Emiratos Árabes beneficio su patrimonio de 2.000 millones de euros que heredarán las infantas Elena y Cristina, Felipe VI renunció a ella cuando el emérito se vio salpicado por fraude fiscal y otros asuntos económicos. Es probable que Leonor también renuncie a ella cuando cumpla la mayoría de edad y jure la Constitución.
El emérito culpa a Letizia de todos sus males, pero ahora casi se lo agradece. En Abu Dabi no está solo, cuenta con sus asesores e íntimos amigos, además tiene visitas todas las semanas. De hecho, habría una persona muy especial que se encontraría a su lado. No se ha revelado la identidad de esta misteriosa mujer, pero muchos apuntan a Marta Gayà. La empresaria mallorquina continúa manteniendo contacto con Juan Carlos. En las fotografías de Diego Arrabal, que intentó frenar Zarzuela, se pudo ver al marido de Sofía en compañía de dos hombres y más atrás de una mujer. También se argumentó que podía ser su doctora.
Juan Carlos I ha viajado con esta misteriosa mujer en sus últimos tres años a todas partes, incluso se atreve a venir con ella a España, pero no sale a la luz porque evitan los encuentros íntimos, es como una más del equipo. Ni tan siquiera la infanta Elena se ha dado cuenta en su visita al exmonarca en Sanxenxo.
La infanta Elena acompaña a Juan Carlos a Sanxenxo con otra mujer
Todos los veranos Juan Carlos pasaba un mes en Palma de Mallorca, en el palacio de Marivent. Allí se lo pasaba en grande engañando con otras mujeres a la reina Sofía, lo mismo que sucede ahora, pero la emérita ya no lo va a buscar para pillarlo con las manos en la masa porque le da exactamente igual.
El padre de Felipe se marcha unos días todos los años a las islas Seychelles, y es precisamente allí donde se ve con una mujer. Sus guardaespaldas y asesores protegen cualquier imagen. Pueden disfrutar de su supuesta relación con total privacidad e intimidad.
Por ahora el único apoyo público en su visita a Sanxenxo es la infanta Elena. No ha obedecido a Felipe VI y no piensa dejar solo a su padre en estos momentos tan complicados y siendo una persona tan mayor.