El rey Felipe VI, antes de casarse con Letizia Ortiz, había tenido varias novias. Guapo, con personalidad, una altura imponente de 197 centímetros, y un trono como herencia. Imposible que el príncipe no atrajera todas las miradas de las chicas.
Isabel Sartorius, Eva Sannum, Gigi Howard, Viviana Corcuera, Yasmeen Ghauri, Tatiana de Liechtenstein, Esmeralda Iacobella Macioti, Gabriella Windsor (también conocida como Ella Kingston) o Mencía Roca de Togores Lora son solo algunos de los nombres que han estado relacionados con el Jefe de Estado en su juventud.
Tatiana de Liechtenstein era la favorita para ser la nueva consorte de España
Pero hay más. Una de ellas fue Tatiana de Liechtenstein. Nacida en Suiza, Tatiana era hija del príncipe heredero Juan Adán II, quien más tarde se convirtió en el príncipe soberano de Liechtenstein. Tatiana, junto con sus hermanos, se trasladó a Madrid para estudiar Dirección de Empresas en la European Business School.
El posible romance entre el príncipe de Asturias y Tatiana dio mucho de qué especular, y muchas voces aseguraban que Tatiana era una seria candidata a convertirse en princesa consorte. De hecho, según algunas fuentes cercanas a la Casa Real, los reyes Juan Carlos I y Sofía veían con buenos ojos la posibilidad de que Tatiana se convirtiera en parte de la familia real.
Felipe no le hizo ni caso
Los reyes hicieron llegar discretamente a Felipe su aprobación a esta relación, expresando su deseo de que Tatiana se convirtiera en la futura princesa. Pero lo que no esperaban era la respuesta del heredero. Felipe no estaba interesado en Tatiana y no le prestó la atención que esperaban. La joven princesa, cansada del desinterés de Felipe, decidió poner punto final a cualquier esperanza de un futuro juntos. “Así pues, trajeron a la virginal y rubicunda princesa del paraíso fiscal centro europeo a Madrid, a ver si Felipe se animaba. Pero el heredero ni caso. Cansada del menosprecio de don Felipe, la princesa Tatiana abandonó toda esperanza”, relató en su día Jaime Peñafiel.
Dicen que la situación llevó a Tatiana a sentirse despechada. De hecho, no pudo evitar dar una declaración un tanto llamativa a la prensa francesa: "No es cierto que haya existido nada entre el Príncipe Felipe y yo, además... no me gusta"., declaró Tatiana, queriendo dar a entender que había sido ella la que había ignorado a Felipe.