Nueva incorporación en la categoría de retratos reales; Juan Carlos de Borbón acaba de recibir el que, probablemente, sea el último que le hagan en vida. Bien, hay un par de matices: ni el emérito lo ha visto en persona, ni tampoco ha ejercido de modelo para el artista, el navarro Tomas Baleztena. El trabajo encargado por la rancia Real Gran Peña de Madrid, un club privado centenario de raíces militares y aristocráticas instalado en la Gran Vía de la capital de España, ha sido elaborado a partir de fotografías antiguas del Borbón. Explica el autor que ha hecho unos cuantos esbozos, y que finalmente se ha quedado con una versión presuntamente regia. También oscura, una de sus características pictóricas, de la misma manera que turbia y de proyección patética. Estas características, sin embargo, venían de serie. Del propio modelo.
Baleztena, de familia acomodadísima de Pamplona, de antepasados carlistas y con un abuelo que firmó el famoso himno de las fiestas de San Fermín, presentó en sociedad el cuadro en las instalaciones de la Peña durante una cena donde la invitada estrella era la infanta Elena. Ella fue la encargada de descubrir el retrato de su padre mientras sonaba el himno español. No deja de ser paradójico, para un personaje que se está pasando España y a los españolitos por el Arco de Triunfo desde tiempos inmemoriales. Ellos sabrán. La figura del exrey, vestido con el uniforme de etiqueta de Capitán General del Ejército de Tierra, con faja roja, Toisón de Oro y banda rojigualda, despertó la admiración de su hija: "No solo había pintado al emérito, sino que había captado el alma de su padre", fue la sentencia al artista.
'LOC' ha entrevistado al pintor, que ha revelado una obsesión durante un proceso que se ha alargado durante 6 meses: que se le reconociera inmediatamente, "no me gusta que sea como una foto vacía, quiero que se vea a la persona". En este punto le damos la razón y lo felicitamos, la ha clavado con Juan Carlos. Otra cosa es el impacto que genera en cada espectador, pero vaya: dentro de los muros de la Peña, todo el mundo estará encantado de la vida. Había otra posibilidad, la de retratarlo en plan campechano, graciosete, risueño. Pero el aspecto de sátiro de la instantánea escogida le hizo desestimar la posibilidad, los paganinis no lo aceptarían.
No es la primera vez que Tomás realiza un encargo similar con los Borbones. También lo hizo con Felipe VI para el 175.º aniversario del Círculo del Liceu en Barcelona, en ell año 2022. El matrimonio real sí que asistió a la presentación y pudo contemplarlo en primera persona, comprobando la capacidad del autor para "explorar los demonios" del modelo y hacer aflorar la luz que se desprende de la oscuridad, según sus palabras. Da la impresión que tendrá una buena linterna, porque los reyes de España son capaces de eclipsarlo todo. La corona, siempre entre tinieblas.