Cuentan que el rey emérito Juan Carlos I vive a las mil maravillas en Abu Dabi. Que allí no le falta de nada. E incluso que sigue disfrutando de su gran pasión: las mujeres. Juan Carlos tendría acceso a harenes con decenas de mujeres a su disposición. Sin embargo, no es todo tan bonito como lo pintan.
Puede que Juan Carlos disfrute todavía de algunos placeres de la vida. Sin embargo, lo cierto es que su salud se ha ido deteriorando con el tiempo. Algo que ha sido evidente durante sus últimas visitas a España. Visiblemente más delgado, la movilidad es ahora un desafío. Por lo que se ha visto, apenas puede dar unos pasos sin la ayuda de sus escoltas o su silla de ruedas. La salud del rey emérito Juan Carlos I se deteriora con el paso de cada jornada. Aunque su lucidez mental parece relativamente intacta, sus extremidades inferiores responden con menor eficacia.
La salud de Juan Carlos I se deteriora a gran velocidad
El calor implacable de Abu Dabi tampoco le hace ningún favor. Es cierto que no le falta el aire acondicionado. Pero apenas puede salir de sus dominios, lo que tampoco favorece a su estado físico. Necesita completar unos cuantos pasos al día para no deteriorarse todavía más.
El emérito acaba de cumplir 86 años. Y aunque muchos a su edad desearían estar como el ex monarca, hay detalles que no se ven a simple vista ni se cuentan en sus círculos cercanos que demuestran que para Juan Carlos I también pasan los años. Y que también sufre los problemas propios de su edad.
Por ejemplo, el emérito usa pañales para adultos. Los problemas de movilidad le obligan a protegerse por la noche para evitar males mayores que, para él, serían una humillación. Que un hombre que se las ha dado por ser un gran amante tenga que llevar protección mientras duerme es muy bochornoso para el emérito. No quiere que lo sepa nadie más allá de sus más cercanos.