El ex monarca Juan Carlos I está viviendo su nueva vida en Abu Dabi, y parece que ya está completamente acostumbrado a su etapa en el Golfo. Cuando le dijeron que debía exiliarse, no le hizo mucha gracia, pero ahora parece haber encontrado la estabilidad. Allí puede hacer y deshacer sin dar explicaciones al fisco español. Además, los beneficios fiscales de los Emiratos Árabes han hecho maravillas con su patrimonio de 2.000 millones de euros. Ese que heredarán las infantas Elena y Cristina, pero al que ha renunciado Felipe VI.

Para Juan Carlos, la reina Letizia ha sido el origen de sus problemas en España. Y también de su ‘exilio’ a Abu Dabi. Ahora, tres años después de su mudanza, en cambio, le está incluso agradecido. Porque aunque esté lejos de su patria, en Abu Dabi, no está solo. Hace y deshace como y cuando quiere sin estar en el foco público. Tiene a sus asesores y amigos de confianza. Además, recibe visitas semanalmente. Y aquí es donde entra en escena una persona muy especial, una misteriosa mujer.

Juan Carlos mantiene el contacto cercano con Marta Gayá

Una mujer con la que Juan Carlos ha estado viajando en los últimos tres años por todos lados, incluso en sus visitas a España. Aunque mantienen un perfil bajo y evitan los encuentros en público, ella es como parte del equipo. Ni la infanta Elena, en la visita de su padre a Sanxenxo este verano, se ha dado cuenta de su presencia

Juan Carlos Elena regatas efe
Juan Carlos y Elena EFE

Nadie ha revelado su identidad, pero las quinielas apuntan a Marta Gayà.  Pilar Eyre ya lo insinuó al poco de la ‘fuga’ de Juan Carlos en uno de sus artículos en la revista Lecturas. “El rey no está solo. Su fiel amiga desde hace cuarenta años, la que todo se lo perdona, la que no le falla nunca, lo acompaña, lo reconforta, lo escucha, lo consuela… Cada mañana le lee lo que dicen los periódicos y ella vierte en su oído el dulce bálsamo de sus sinceras palabras de consuelo…”, escribió Eyre.

Es su compañera de viaje

Marta Gayá está en la vida de Juan Carlos desde hace décadas, cuando el ex monarca empezó a pasar los veranos en el palacio de Marivent, en Palma de Mallorca, donde se lo pasaba en grande con otras mujeres al margen de Sofía, mientras esta movilizaba embarcaciones y a sus escoltas para intentar pillarlo con las manos en la masa. Juan Carlos se iba a alta mar en yate a participar en fiestas subidas de tono. Y cuando la emérita se enteraba, se subía a una lancha para ir en busca de su marido. Pero cuando llegaba, este ya había tirado por a borda a la amante de turno.

Asimismo, se conoce que el padre de Felipe se toma unos días todos los años para visitar las Islas Seychelles, y allí también viaja con su amiga. Los guardaespaldas y asesores hacen lo imposible por proteger cualquier imagen comprometedora, así que pueden disfrutar de su presunta relación en total privacidad y con mucha intimidad.