'Que viene, que viene, sh, sh'. La cancioncilla le va de narices a Juan Carlos I, el monarca huido en Abu Dabi. Lleva más de un año haciéndose 'el longuis' de la retahíla de escándalos económicos que giran en torno a su figura. Ahora fuerzas vivas del Estado preparan su retorno, ni que sea momentáneo: la Fiscalía ha archivado las investigaciones exculpándolo de cualquier pecado. Esta decisión tan polémica le permitiría hacer las maletas y reaparecer en España 'limpio de polvo y paja', cuando menos de cara a la galería. Y esto, según dice la afición juancarlista, podría pasar antes de Navidad, aunque su hijo Felipe y su nuera Letizia no lo quieran ver ni en pintura. Mientras llega aquel día el Borbón sénior tendrá que seguir respirando polvo del desierto y pasando calor en su jaula de oro.
Nos tomaremos una licencia narrativa: como Mahoma no puede ir a la montaña, son los montañeros los que van a ver a Mahoma. Es decir, que a pesar de su supuesto aislamiento, Juan Carlos no está tan solo como nos han vendido. El aeropuerto de los Emiratos se ha convertido en la pasarela de su guardia pretoriana: las hijas Elena y Cristina han viajado mucho durante los últimos meses, e incluso un fan como Carlos Herrera comió con el emérito. Pero no son los únicos que le han visto: de hecho, está a punto de recibir una nueva visita familiar. Una de origen muy particular, Blanca de Borbón.
A Blanca la conocemos por haber sido concursante de realities de Telecinco, cadena donde hizo públicos sus problemas y reconciliaciones con el padre, Leandro de Borbón. El hombre, fallecido en 2016, era hijo bastardo de Alfonso XIII, abuelo de Juan Carlos, quien mantuvo una relación extramatrimonial con la actriz Carmen Ruiz Moragas. Pasó toda su vida reclamando el título de Infante y el tratamiento de alteza real, sin éxito. Su historia fue un hit televisivo durante de 2010 a 2012, y Leandro incluso visitó el plató de Jorge Javier Vázquez. En la productora todos recuerdan su única exigencia para visitarlos, aparte de cobrar un dinerito: que en la sala VIP hubiera una botella de whisky de marca, que acababa temblando. Pues bien, el hombre tenía una hija, Blanca, por lo tanto prima de Juan Carlos. Se hizo famosa por su participación en 'Acorralados', una especie de 'GH' en una granja. Primero destripó al padre, que no conocía a sus nietos, y después firmó la paz en directo en el plató. Más tarde desaparecería de la primera línea mediática.
Pues bien, gracias a una exclusiva de 'Jaleos', ahora sabemos que Blanca está a punto de viajar a Abu Dhabi para dar una sorpresa a su primo el mes de noviembre. Y de paso, llevarle unos regalos curiosos: unos cuadros pintados por su tío Leandro, al que paradójicamente nunca otorgó la categoría de 'royal'. O dicho en román paladino, lo dejó tirado como una colilla. Ahora bien, parece que la última voluntad del señor era que hija se reencontrara con él. Y mira, hacer una excursioncita y ver mundo para cumplir su deseo parece un planazo. Una peregrinación, dice, que por cierto no pagará de su bolsillo. Al estilo Borbón, vaya. Tranquilos, que tampoco saldrá del de los contribuyentes. Tiene un mecenas: el empresario Antonio Durán, CEO de 'La tienda del espía'. Sí, alucinante. Se non è vero, è bien trovato
Nos morimos por ver la cara de Juanito recibiendo a la pariente olvidada. Quizás en vez de una ocasión feliz es un trago que no le apetece nada. En las mejores familias también pasa esto.