Zarzuela nunca ha sido un ejemplo de transparencia. Ahora tampoco. Durante décadas han escondido el matrimonio inexistente de Juan Carlos y Sofía, las múltiples amantes del rey, una de las cuales, Corinna, vivía en el mismo recinto de Zarzuela, o los negocios de Juan Carlos cobrando comisiones en dinero negro de cada intermediación a favor de intereses españoles. Felipe cuando se descubrió toda la trama paterna tomó dos decisiones: prometer que renunciará a la herencia de Juan Carlos cuando muera y enviar a su padre al exilio con prohibición expresa de volver a Zarzuela ni utilizar cualquier espacio del Patrimonio Nacional. Eso son solo apariencias: la herencia multimillonaria de Juan Carlos queda dentro de la Familia Real, en una Fundación a los Emiratos donde Elena y Cristina serán beneficiarias de 1800 millones de euros en negro, y Juan Carlos aparentará que vive en el Four Seasons, hotel de los jeques en Madrid. Pero ni eso es cierto. Existe un pacto oculto padre-hijo que se reunieron en el funeral del primo Juan Gómez Acebo. El pacto es que Juan Carlos visita y pernocta en Zarzuela, pero a escondidas.
Según destapa Telecinco, Juan Carlos entró este lunes en Zarzuerla como lo que se piensa que es: su casa, con el permiso de su hijo, el rey Felipe. Las cámaras de Vamos a ver captaron a los coches de Juan Carlos y Elena por separado en la sede de la Corona para la comida del 24.º aniversario de la nieta mayor, Victoria de Marichalar. Quien sopla las velas es Juan Carlos, que engaña a todos los españoles haciendo creer que no pone un pie en Zarzuela y no es cierto. Las imágenes son claras: el emérito en la entrada de Zarzuela lunes 9 del 9 al mediodía:
El programa de Joaquín Prat tiene a un Borbón, Alessandro Lequio, que ha hablado de este encuentro privado familiar con la presencia de la nieta favorita que cumplía años, Victoria acompañada no solo su madre Elena y de su hermano Froilán sino de Cristina y los hijos que viven en Zarzuela, Irene y Miguel. Según Lequio "Juan Carlos acude habitualmente a Zarzuela. Hacía mucho tiempo que no veíamos la imagen del rey en Palacio, aunque sabíamos que sí que había estado allí en alguna ocasión. El rey emérito entró a toda velocidad. También estaban su hijo Felipe VI, la infanta Elena, la reina Sofía, la infanta Cristina y casi todos sus hijos y los hijos de su hermana Elena. Letizia no ha acudido a esta comida familiar. Juan Carlos estuvo en Zarzuela ayer y no fue la primera vez. Es una hipocresía que no esté en Zarzuela porque es normal, ya que es la casa de la familia. Cristina cuando está en Madrid vive también con su madre en Zarzuela. No sé si ha dormido todas las noches en el hotel, pero podría llegar a pensar que entrase por una puerta discreta y saliese por la principal para que pensasen que duerme en el hotel. Cada vez que viene el rey emérito pasa por Zarzuela pero intenta que no se le vea". Una engaño total, ni siquiera es cierto que Juan Carlos no duerma en Zarzuela. La única que se niega a participar de esta pantomima es Letizia, que detesta a su suegro.
España vive engañada, no es verdad que Juan Carlos esté vetado a Zarzuela, no es cierto que padre e hijo estén distanciados, no es cierto que el dinero de Juan Carlos quede fuera de la Familia Real: quedarán en manos de Froilán, Victoria y los cuatro Urdangarin, herederos universales de la Fundación que sus madres infantas tienen en Abu Dhabi. La única que se mantiene al margen es Leonor, gracias al hecho de que Letizia ha impuesto una línea roja entre todos ellos y la princesa. La única que de momento no engaña a los españoles porque su padre, Felipe, queda claro que no solo no mantiene lejos al rey corrupto sino que celebran animadamente una fiesta en la sede oficial de la jefatura del Estado. Padre e hijo. Tal para cual.