Difícilmente podrán encontrar en España a alguien tan poca vergüenza, tan caradura y tan jeta como el rey Juan Carlos. El emérito, una persona que se cree por encima del bien y del mal, que a pesar de los numerosos escándalos protagonizados, y aunque le hayan dado una patada en su propia casa, enviándolo hacia Abu Dhabi, todavía se piensa que puede volver a España como si nada, para quedar con sus amigotes de Galicia, para ponerse hasta las trancas de marisco e ir a ver regatas como si nada. Lo más triste es que lo hace porque se lo permiten hacer, porque España es un país de palmeros que mira hacia otro lado ante el primero de los españoles, y a los cuales tanto les da que este tarambana faldillero haga lo que le salga del moño y se cachondee en la cara de los ciudadanos. Por eso, nuevamente, Juan Carlos ha vuelto a Sanxenxo como si nada.

Juan Carlos, aterrizando en el aeropuerto de Vigo / GTRES

Tres meses después de la última visita, el padre de Felipe, pasando de las recomendaciones de su hijo, ha vuelto a pisar suelo español para asistir al campeonato de vela organizado por el Real Club Náutico de Sanxenxo, presidido por su íntimo Pedro Campos, que es quien se ha encargado de irlo a recoger cuando ha aterrizado su avión. Con la idea de participar en el torneo de este fin de semana, el Borbón ha llegado a Galicia al mediodía en un avión privado procedente de los Emiratos. Eran las dos del mediodía cuando llegaba al aeropuerto de Vigo, visiblemente más delgado de lo que hace un tiempo, y dispuesto a buscarse una casita por la zona para estos días, ya que le sabe mal estar permanentemente invitado en la residencia de Campos, su anfitrión habitual.

Juan Carlos, a su llegada a Galicia / Efe
Los periodistas, los únicos, con Pedro Campos, que han recibido a Juan Carlos a su llegada en Galicia

Juan Carlos saluda a los fotógrafos, pero no así a nadie de su propia familia. Y es que este año se ha producido una diferencia sustancial con las anteriores veces que llegó a Sanxenxo procedente de Abu Dhabi. Y es que esta vez, su querida hija Elena no lo ha ido a recibir, ella que es la prefe y su compañía inseparable la primera vez que voló a Galicia procedente de los Emiratos, o cuando, por ejemplo, el monarca se daba un baño de masas a la que ponía un pie en España. Y también hay que destacar otro dato, que vendría a ser como aquella peli de Tú a Boston y yo a California. Pero ahora, cambiando los destinos: Tú a Sanxenxo y yo a Palma. Porque en el mismo momento que Juan Carlos llegaba a Galicia, su hijo Felipe está a punto de llegar a Mallorca, en la otra punta del país. Un gesto más de cómo le lame un pie que su padre haya vuelto a España y de las pocas ganas que tiene de verle, a pesar de hacer tiempo que no están juntos.