Desde que su familia se vio envuelta en el caso Nóos, Juan Urdangarin, el segundo hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, ha tenido que lidiar con un camino lleno de obstáculos. A pesar de la presión mediática y las divisiones familiares, la decisión de buscar una vida fuera del foco público llevó a los Urdangarin a establecerse primero en Washington y luego en Ginebra, donde encontraron un entorno más seguro y estable.
En este contexto, Juan asumió un papel central como apoyo emocional para sus hermanos, marcando distancia con su abuelo, Juan Carlos I. Para él, muchas de las adversidades que su familia enfrentó se relacionaron con la monarquía, y no dudó en expresar su deseo de que su abuelo interviniera en asuntos como el divorcio de sus padres. Esta postura firme lo definió desde joven, mostrándolo como alguien con criterio propio y gran sentido de responsabilidad.
Juan es el hermano de los Urdangarin que peor lo pasó tras el caso Nóos
Sin embargo, los años de controversia dejaron huellas profundas. Durante su adolescencia, Juan fue blanco de acoso escolar, enfrentando constantes burlas y comentarios hirientes. Esto afectó su estabilidad emocional, llevando a su madre a buscar ayuda profesional en Estados Unidos, donde pudo acceder a especialistas que lo ayudaron a superar los momentos más oscuros. El cambio de entorno fue clave para su recuperación y marcó el inicio de una nueva etapa para toda la familia.
Ya en Washington, y con el apoyo necesario, Juan comenzó a florecer. Tras completar su educación secundaria, decidió tomarse un año sabático, tiempo que dedicó a proyectos sociales que lo conectaron con sus valores más profundos. Más adelante, eligió estudiar Relaciones Internacionales en la Universidad de Essex, en el Reino Unido, logrando terminar su carrera en solo tres años, una muestra de su esfuerzo y dedicación.
Juan Urdangarin sigue acudiendo a terapia en Londres
Este verano, Juan pasó una temporada en Zarzuela, pero no se quedó mucho tiempo. Al menos, no tanto como sus hermanos Irene y Miguel. La pequeña de la familia estuvo un año viviendo antes de irse a estudiar a Oxford. Mientras que Miguel aún sigue allí.
Juan, por su parte, regresó a Londres en septiembre, donde retomó su empleo en la empresa de carreras off-road Extreme E, que se dedica a reducir la contaminación en la Fórmula 1 y promover el uso del coche eléctrico. Entre los motivos de su vuelta a la capital británica está su amigo especial, con el que tuvo algunas tensiones en verano, siendo estas uno de los motivos por los que se instaló en Zarzuela, pero con el que ahora ha limado asperezas. Vuelven a estar más unidos que nunca. De hecho, fueron vistos juntos recientemente en un partido de balonmano de Pablo.
Sin embargo, su vuelta a Londres no es solo por trabajo o por sus relaciones personales. Juan tiene allí a su terapeuta de confianza, con quien sigue bajo el tratamiento al que se ha sometido desde que empezaron los episodios oscuros en su vida con el caso Nóos.