Juan Urdangarin, el hijo mayor de Iñaki y la infanta Cristina, es, posiblemente, el sobrino de los reyes más desconocido, con permiso de su hermano Miguel. A años luz del caso mediático que tienen sus primas, las hijas del rey Leonor y Sofía, o sus primos por parte de la infanta Elena, Froilán y Victoria Federica, incluso también ve cómo a pesar de ser el mayor de cuatro hermanos, se habla mucho más de sus hermanos pequeños Pablo o Irene. Con 23 años y ningún oficio ni beneficio conocido, no consta que esté estudiando nada, ni tampoco vive al lado de sus padres. Con Urdangarin en el País Vasco y Cristina en Suiza, se supone que él deambula por Madrid. ¿Haciendo qué? Nada. No sale casi nunca de fiesta, fuma cigarrillos y ahora se ha dejado barba y tiene aspecto de jesuita. De hecho, se especula que ha heredado la fe ultracatólica de su madre y por eso se mantiene célibe, además que no se le conoce ninguna pareja. Froilán va de flor en flor y él parece un monje. "Es un joven muy religioso y con una enorme conciencia social. Valores que lo han llevado a estar muy unido a su abuela, la reina Sofía y a su tía abuela, princesa Irene, de la que ha heredado su vocación de servicio a los más necesitados", dicen de él.
A pesar de todo, no ve bastante a quien a él le gustaría, mucho más joven que las ancianas de la familia a quien está muy ligado. Y es que Juan Urdangarin tiene mucho feeling con su prima Leonor. Se llevan muy bien desde hace tiempo, se entienden bastante y son dos primos con bastantes puntos en común, aunque por desgracia, no pueden cultivar una relación de primos y de amistad como ellos querrían. ¿Por culpa de quién? De la distancia, es normal, con él en Madrid y ella, desde hace un tiempo, en Gales, donde está estudiando el bachillerato. Pero hay quien también ve a otro culpable: la reina Letizia. Algún medio señala a la asturiana como la principal causante de que no se vean ni en pintura. Aunque el vínculo entre él y la heredera al trono español es muy fuerte, Letizia no está por la labor. Dicen que la obsesión de la reina para que no haya más escándalos que salpiquen a sus hijas es tan grande, que piensa mantener a sus hijas alejada de los Urdangarin y los Marichalar.
Tanto como pueda, y a no ser que sea inevitable ver a los primos en alguna reunión o acontecimiento real, no piensa ceder para que Leonor y Sofía vean a menudo a sus primos. A Froilán y a Victoria Federica no los quiere ver ni en pintura, y a los hijos de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, a pesar de no llegar al punto de odio a los hijos de Elena, tampoco. La relación entre Letizia y Cristina no es la mejor, y con su excuñado, desde el escándalo del caso Nóos y el ingreso en la prisión, tampoco. "La justificación de la Reina es que desea mantener lejos a sus hijas de la familia Urdangarin, sobre todo del nacido en Barcelona, y de esa forma que no reciban ningún tipo de ataque mediático", dicen en reportajes.com. Y uno de los daños colaterales es Juan. Aunque no tiene un perfil díscolo como otros borbones, no entiende esta obsesión de su tía de no dejar que se relacione con su prima: "Juan desea con todas sus fuerzas volver a ver a uno de sus grandes pilares: su prima Leonor. Pero es consciente de que es muy difícil que la Reina Letizia cambie de opinión. De hecho, en cierto punto, Juan Urdangarin entiende la postura, al margen de que eso no evita que se sienta decepcionado ya que tanto él como sus hermanos tienen un expediente intachable".