A pesar de ser el hijo mayor de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, la vida personal de Juan Urdangarin ha permanecido lejos de los titulares. Pero ello no le ha dejado fuera de los problemas que le ha ocasionado su apellido. Juan asumió desde joven un papel protector en un contexto de crisis mediática y judicial que marcó a su familia. El caso Nóos, que derivó en la condena de su padre, Iñaki Urdangarin, no solo afectó su infancia, sino que también influyó en su manera de relacionarse con el mundo exterior, manteniéndolo siempre a la defensiva frente a cualquier escrutinio.
Fue una etapa dura para Juan. El joven tuvo que soportar acoso e insultos en el colegio y en la calle. Tan grave fue la situación que la familia tuvo que hacer varias mudanzas entre Barcelona, Washington y Ginebra. Por culpa de ello no pudo forjar lazos fuertes de amistad.
Juan Urdangarin encuentra la paz en Londres
Finalmente, después de culminar sus estudios de relaciones internacionales y comercio en el Reino Unido, se quedó a vivir en Londres. En la capital británica ha estado compartiendo piso con un joven.
El pasado verano, Juan se instaló temporalmente en Zarzuela, donde sus hermanos Irene y Miguel estaban pasando una temporada. Según rumores, este cambio podría estar relacionado con tensiones con su compañero de piso. Un joven que, según Informalia y otros medios, es su pareja.
Ahora Juan ha vuelto a Londres, después de acercar posturas con este supuesto novio. Con él tiene intenciones de pasar las fiestas navideñas entre Ginebra y Vitoria. Al parecer, la familia cercana ya sabría de esta relación sentimental.
Juan Urdangarin tiene miedo de la reacción de la reina Sofía
A quien no le ha contado nada es a la reina Sofía. Su carácter conservador y tradicional supone un problema de comunicación en según que temas. No se puede decir que sea muy amiga del colectivo LGTBIQ+. Y Juan tiene miedo a que pueda sentir rechazo por su parte.
Declaraciones atribuidas a la emérita en una polémica biografía no autorizada escrita por Pilar Urbano ilustran esta brecha. “Puedo comprender que haya personas con otra tendencia sexual, pero ¿qué se sientan orgullosos de ello? ¿Qué se suban a una carroza y hagan manifestaciones?”. Y añadió: “Si 'esas' personas quieren vivir juntas, vestirse de novios y casarse, pueden estar en su derecho o no, según las leyes de su país, pero que no lo llamen matrimonio, porque no lo es. Hay muchísimos nombres posibles, contrato social, contrato de unión, pero matrimonio, no”, recoge la mencionada biografía.
Conscientes en la Casa Real de la polémica que generaron aquellas palabras, salió al paso inmediatamente: “La reina lamenta la publicación de este libro, que no refleja el profundo respeto que le ofrecen todas las personas... lamenta la inexactitud de las palabras que le atribuyen... Pilar Urbano pone en su boca supuestas informaciones que no se produjeron”, rezaba el comunicado oficial.