Juan Urdangarin, conocido por su discreción, siempre ha mantenido un perfil bajo, evitando las portadas de los medios. Mientras sus hermanos Miguel, Irene y Pablo ya tienen parejas conocidas, Juan sigue siendo un enigma en ese aspecto. Profundamente creyente y cercano a su familia, al igual que su abuela, la reina Sofía, Juan ha sido apodado el "lobo solitario". Sus apariciones públicas son escasas, limitándose a eventos familiares significativos, como el homenaje a Constantino de Grecia en el Reino Unido y la boda de Almeida y Teresa Urquijo. Sin embargo, su ausencia en el cumpleaños de Leonor fue notable.
De todos los hijos de la infanta Cristina, Juan es quien más ha sufrido las consecuencias del caso Nóos. Mientras sus hermanos eran demasiado jóvenes para entender la situación, él asumió la responsabilidad de protegerlos. La presión mediática era constante, con periodistas acampando fuera de su hogar. La familia se vio obligada a mudarse repetidamente, primero a Washington y luego a Ginebra, dejando atrás amigos y estabilidad. Cansado de tantos cambios, Juan finalmente encontró un refugio en el Reino Unido, donde decidió establecerse después de completar sus estudios.
Juan Urdangarin pagó en forma de bulling los delitos de su padre
La vida de Juan Urdangarin ha estado marcada por el bullying y la humillación. En su época escolar, sufrió insultos debido a las acciones de sus padres. Vivió en carne propia la transformación de su padre, Iñaki Urdangarin, de una figura pública respetada a un prisionero, en medio del mayor escándalo de la corona. Durante este tiempo, Juan asumió el papel de figura paterna para sus hermanos menores.
La relación de Juan con la familia real es tensa. Culpa a Juan Carlos I y Felipe VI por la encarcelación de su padre, convencido de que ellos destruyeron su familia. Esta creencia ha alimentado su resentimiento hacia ellos y ha llevado a evitar cualquier contacto con la familia real. Juan ha oído repetidamente a su padre decir que fue un peón usado para demostrar que la justicia es igual para todos y así salvar la corona.
Dificultades para llegar a fin de mes
Ahora Juan vive en Londres desde hace años. Pero no le va tan bien como sería de esperar para una persona vinculada a la monarquía. El alquiler lo paga el abuelo, y aun así no llega a final de mes. Ha tenido que pedirle dinero a su madre, la infanta Cristina , para poner al día los pagos atrasados que debía. Un dinero que, por cierto, aunque se lo dé su madre, también proviene de Juan Carlos I.