El distanciamiento de Juan Urdangarin con la Casa Real ha sido uno de los temas más delicados tras el impacto del Caso Nóos, el escándalo de corrupción que llevó a su padre, Iñaki Urdangarin, a prisión y sacudió los cimientos de la familia Urdangarin-Borbón. Durante mucho tiempo, Juan, el hijo mayor de Iñaki y la infanta Cristina, ha mantenido una actitud de rechazo hacia la monarquía, exigiendo en repetidas ocasiones una compensación económica por el silencio de su padre, quien, a pesar de las graves acusaciones, nunca implicó a otros miembros de la familia real.

La relación entre Juan y la Casa Real se fue deteriorando progresivamente, sobre todo a raíz de la decisión del rey Felipe VI de retirar el título de duquesa de Palma a su madre, la infanta Cristina. Este gesto, destinado a proteger la imagen pública de la monarquía, fue percibido por los Urdangarin como una traición. Para Juan, que siempre se ha mostrado muy unido a su familia, el gesto de su tío significaba apartar definitivamente a su madre del entorno real y dejarles, en cierto modo, como los únicos responsables del escándalo.

Juan Urdangarin fue el hijo de Iñaki y la infanta Cristina que más sufrió por las consecuencias del caso Nóos

El Caso Nóos fue un verdadero terremoto para la familia. Aunque Iñaki Urdangarin asumió toda la culpa en un intento por proteger a su esposa y a otros allegados, su sacrificio no evitó que la imagen de su familia quedara profundamente dañada. A lo largo de este proceso, Juan Urdangarin no solo vio cómo su padre era encarcelado, sino que además sufrió en su juventud las consecuencias sociales del caso: acoso, burlas y la continua exposición mediática que afectó tanto a él como a sus hermanos.

Pablo Juan Irene Urdangarin GTRES
Pablo Juan Irene Urdangarin GTRES

Frustrado por lo que consideraba una falta de apoyo de la Casa Real, Juan Urdangarin habría mantenido conversaciones privadas con su abuelo, el rey emérito Juan Carlos I, durante años. En ellas, el joven habría insistido en la necesidad de que su familia recibiera algún tipo de compensación económica por el silencio mantenido por su padre. Para Juan, el hecho de que Iñaki no revelara más detalles que pudieran implicar a otros miembros de la monarquía era motivo suficiente para exigir un resarcimiento.

Juan Urdangarin reclama en reiteradas ocasiones una compensación a su padre por su silencio

Sin embargo, a pesar de las presiones, sus esfuerzos por obtener ese reconocimiento económico no llegaron a buen puerto. Juan Carlos I no accedió a sus demandas, lo que intensificó aún más el resentimiento de Juan hacia la Casa Real. Esta tensión se ha mantenido latente durante años, especialmente tras el divorcio de sus padres, cuando fue Iñaki quien tuvo que recurrir a otras vías legales para garantizar su futuro económico.

Para Juan Urdangarin, el silencio de su padre, que evitó un escándalo mayor dentro de la familia real, merecía ser recompensado. En este contexto, se cuenta que Juan, como hermano mayor de la familia, presionó a su abuelo, el rey Juan Carlos I, que su padre fuera compensado por haber callado todo lo que sabía y haber aceptado entrar en prisión sin arrastrar a la infanta Cristina ni implicar a nadie más de la familia real, a pesar de que muchos sabían de antemano todo lo que estaba pasando. Cinco años después del ingreso de Iñaki en prisión estuvo reclamando esa compensación a su padre para no tirar de la manta, aunque sin éxito. Al final fue Iñaki el que tuvo que reclamar lo suyo en el divorcio de la infanta Cristina.