Se esperaba que Juan Urdangarin volviese al finalizar el verano a España. El joven había dejado su trabajo en la empresa automovilística del sobrino de José María Aznar y buscaba un cambio de aires. Algo había sucedido para que el hijo de la infanta Cristina tomase esa decisión repentina que sorprendió a todos. Aunque Felipe y Letizia no estaban de acuerdo, la reina Sofía ya había ordenado preparar una habitación más. Juan coincidiría en palacio con Miguel e Irene Urdangarin. Pero su madre no tardó en volar de urgencia a Reino Unido para conocer de primera mano que había sucedido.
La infanta Cristina siempre ha estado muy cerca de Juan Urdangarin, mucho más que de sus otros hijos, a pesar de haber vivido toda su vida al lado de Irene, la más pequeña de la familia. El mayor de la familia sufrió mucho cuando Iñaki Urdangarin salió en todos los medios de comunicación como culpable por el famoso caso Nóos e ingresó en prisión. Tuvo que marcharse de Barcelona porque recibían insultos todo el día, incluso los niños en la escuela. Llegó a sufrir bullying. Tuvo que despedirse de sus amigos y empezar una nueva vida en Washington, incluso tuvo que hacer de padre de sus tres hermanos. Era el mayor y el único que comprendió lo que sucedía.
Juan Urdangarin ha ido a terapia de forma regular desde entonces. La infanta Cristina es quien pagó sus psicólogos para ayudarle en este duro proceso. La misma persona que ha vuelto a Reino Unido para reconducirle y prestarle ayuda. Su madre le ha vuelto a llevar a centros especializados para solucionar sus problemas.
La infanta Cristina paga psicólogos semanales a Juan Urdangarin
Se cree que Juan Urdangarin habría caído en una nueva crisis severa por una ruptura. En Londres vivía con un amigo, y se le relacionaba con alguna pareja, aunque los medios de comunicación nunca han ido detrás de él y siempre ha sido muy discreto. Nunca ha hablado de su vida privada. Es muy tímido y reservado.
Juan Urdangarin es una persona muy religiosa, y en ocasiones también se ha ausentado del trabajo para ingresar en conventos, sin ningún tipo de conexión, simplemente para sanar sus heridas y quitarse las mochilas.
La infanta Cristina está muy preocupada por Juan. Ha conseguido frenar sus intenciones de volver a España. Le ha pedido tiempo y ahora que ha llegado Irene a Londres, quiere que le ayude a integrarse. Ya tiene un entretenimiento y a alguien más de la familia para hacerle compañía, no se ve tan solo.
