A sus 25 años, Juan Urdangarin, el primogénito de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, ha demostrado ser uno de los miembros más discretos y reservados de la familia real. Aunque su vida ha estado inevitablemente vinculada al escrutinio mediático, Juan ha sabido mantener un perfil bajo, enfocándose en sus propios intereses y en un camino personal marcado por la solidaridad y la introspección.
Tras una infancia y adolescencia marcada por constantes mudanzas, viviendo entre Barcelona, Washington y Ginebra, Juan siempre mostró una inclinación hacia las causas sociales y un profundo interés por el mundo espiritual. Se conoce que en más de una ocasión se ha ido de retiro temporal.
Juan Urdangarin, siempre un perfil bajo y discreto
Durante su mayoría de edad, decidió alejarse del estilo de vida tradicional de los Borbón-Urdangarin y dedicó un año a proyectos de cooperación en India y Camboya. Este periodo de voluntariado marcó un antes y un después en su vida, consolidando su interés por trabajar en iniciativas que generen un impacto positivo en la sociedad. En este sentido, el joven ocupa un puesto en la empresa Extreme E, de Alejandro Agag, cuyo objetivo pasa por el fomento del uso de coches eléctricos.
No obstante, su vida no ha estado exenta de desafíos. Después de completar su licenciatura en Relaciones Internacionales y Comercio en la Universidad de Essex, Juan decidió establecerse en Londres. Durante tres años compartió piso, pero la convivencia con su compañero comenzó a deteriorarse, llevándolo a enfrentar una crisis personal que lo llevó a tomar una pausa. Este verano, regresó temporalmente a Zarzuela, buscando claridad y espacio para reevaluar su vida.
Juan Urdangarin regresa a Madrid y rehace su vida
Durante su estancia en Madrid, Juan contó con el apoyo de su madre, la infanta Cristina, quien ha sido una figura clave en su proceso de recuperación, así como el de sus hermanos, Irene y Miguel, que también estaban instalados en palacio. Aunque en Zarzuela no siempre se ha sentido plenamente cómodo, el tiempo que pasó allí le permitió reconectar con su familia y recargar energías. Además, este periodo le brindó la oportunidad de reflexionar sobre las decisiones que marcarían el siguiente capítulo de su vida.
Ahora, Juan ha decidido volver a Londres, donde ha retomado su trabajo y ha dado un giro a su vida personal. La convivencia, que anteriormente había sido una fuente de tensiones, parece haber encontrado un nuevo equilibrio. Según fuentes cercanas, Juan mantiene una rutina que combina su trabajo con actividades solidarias y de cooperación, demostrando que su compromiso con las causas sociales sigue siendo una prioridad.