En la última temporada de The Crown, la serie de Netflix sobre la Familia Real inglesa, el primer ministro John Major mira por la ventana y hace la mejor reflexión sobre los Windsor: "En medio de un país en crisis, nunca me habría imaginado que me tendría que preocupar de la Familia Real. Los miembros mayores viven alejados de la realidad, y los jóvenes sólo se creen poseedores de privilegios y no de obligaciones. Y Carlos no entiende que el único valor que posee es su mujer, Diana". En España Pedro Sánchez tendría que salir en rueda de prensa a decir lo mismo, excepto esto de Letizia, quien ha desperdiciado la oportunidad de disfrutar de la proximidad, popularidad y admiración que despertaba Lady Di. Pero si una Casa Real no sirve para inspirar a los ciudadanos, para dar imagen de unidad y de ejemplo ¿de qué narices sirve? En España la tercera generación, los hijos de las infantas, son un auténtico drama social. Parecen poligoneros, ni-nis sin oficio ni beneficio, zánganos y vividores. No sólo los Marichalar, también muchos Urdangarin.
La última información sobre la chica Marichalar, es que Victoria Federica ha abandonado los estudios para dedicarse exclusivamente a la dolce far niente de ser instagramer. Eso ha motivado el digital Vanitatis para dar un repaso en los estudios de los seis sobrinos del rey Felipe, los dos Marichalar y los cuatro Urdangarin. El panorama es desolador. De los seis sólo estudia uno, el empollón: Miguel Urdangarin en Londres. Pablo Urdangarin juega en el Barça y tiene poco tiempo para dedicarlo a los estudios, pero el drama es que el mayor y la pequeña no pegan sello. Juan Urdangarin es la estrella holgazana: catalán de 23 años, fumador, abandona los estudios y literalmente nadie sabe a qué se dedica. No ha tenido nunca pareja, ni se sabe si es LGTBI o asexual. Es el rarito.
Escribe Silvia Taulés: "Juan, el mayor de los Urdangarin, estudió relaciones internacionales y ha pasado dos años ejerciendo de voluntario. El primogénito de los Urdangarin empezó sus estudios superiores en la Universidad de Essex, después de un año sabático en el que vivió en Camboya trabajando como voluntario para la ONG Sauce, a la que su familia está muy vinculada, y también con los jesuitas. Ahora, vive entre Madrid y Ginebra sin dedicarse a nada en concreto. Al menos no saben concretarlo desde su entorno inmediato". El eufemismo es buenísimo: "Sin dedicarse a nada concreto". Este es el ejemplo. Acaba el año sabático y empieza una vida sabática. La vaguez..
La noticia no se queda aquí. No sólo son Froilán, Juan y Victoria Federica los que no estudian nada. Se añade peligrosamente la pequeña de los Urdangarin, Irene que ya tiene 17 años y se ha contagiado de dar un palo al agua. El digital mencionado publica "Irene Urdangarin de Borbón dejó de ser una buena estudiante cuando entró en la adolescencia. La infanta Cristina está preocupada por los resultados académicos de su hija. Teme que no termine los estudios este curso. Es uno de los motivos por los que la Infanta nunca pensó en mudarse de Ginebra y también uno de los que la retienen en Suiza. Hasta que Irene no termine el bachillerato, su madre no se puede plantear una mudanza a España". La chica ni acaba la Secundaria ni entra en la Universidad. Esta es la Familia Real española: desestructurada entre divorciados y vividores. Que trabaje el pueblo.