Tras la separación oficial entre Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina a principios de 2024, el exduque de Palma no solo consiguió una notable ventaja económica, sino que también logró asegurarse su futuro financiero. Según el periodista Juan Luis Galiacho, el acuerdo incluyó un pago de dos millones de euros y una asignación mensual vitalicia de entre 25.000 y 50.000 euros para Urdangarin, que según varias fuentes estaría gestionada directamente por Juan Carlos I.
Este acuerdo económico entre la infanta Cristina y Urdangarin se firmó en Ginebra, una decisión que no es casual. Según Galiacho, esta elección responde a motivos fiscales, ya que parte del dinero que recibe Iñaki Urdangarin no pasa por el fisco español. De hecho, se estima que solo declara oficialmente unos 5.000 euros mensuales, una cifra muy inferior a la que realmente recibe.
Parte del dinero de Juan Carlos I acaba en manos de los hijos de Iñaki Urdangarin
La experta en la monarquía Maica Vasco ha revelado que el acuerdo se diseñó para que Urdangarin pudiera desvincularse sin recibir oficialmente ninguna compensación económica. Sin embargo, la periodista sostiene que esta versión es poco creíble y que, en realidad, se trató de una estrategia para encubrir el flujo de dinero desde las cuentas suizas de Juan Carlos I hacia Urdangarin.
Para que Juan Carlos haga llegar el dinero a Iñaki hay un modus operandi: el dinero pasa primero por la infanta Cristina, quien se encarga de transferirlo a su exmarido. Obviamente, parte de este dinero también va a parar a los hijos de ambos, Juan, Pablo, Miguel e Irene, que lo reciben directamente de su padre. Y es que mientras sus hijos no se independicen económicamente, tanto él como la infanta Cristina deberán cubrir sus gastos, en proporción a lo que cada uno gane.
Juan Carlos I sigue moviendo hilos
Este esquema financiero tiene un claro propósito: garantizar el silencio de Urdangarin. El exduque de Palma sabe demasiado sobre los secretos económicos y personales de Juan Carlos I, así como de otros miembros de la familia real. Su paso por prisión debido al caso Nóos fue una prueba de hasta qué punto su figura representaba una amenaza, ya que en su momento advirtió que si caía, no lo haría solo. Para evitar cualquier filtración incómoda, el rey emérito ha optado por mantenerlo económicamente satisfecho.
A pesar de su exilio en Abu Dabi, queda claro Juan Carlos I sigue manejando recursos y asegurándose de que quienes conocen sus secretos permanezcan en silencio. La conexión económica con Urdangarin demuestra que, aunque oficialmente apartado de la vida pública, el rey emérito sigue ejerciendo un control absoluto sobre los asuntos más delicados de la Casa Real.