Una costumbre muy habitual en muchos hogares del país es reunirse toda la familia en torno a una mesa, padres, madres, hijos, abuelos, nietos o primos, coger una caja, normalmente cuadrada, empezar a sacar un tablero, unos dados y unas fichas, y pasar juntos un buen rato jugando a algún juego de mesa.

La oferta es amplia. Aquí hay mucha tradición de pasar el rato en torno a un mostrador o unas targetitats haciéndose preguntas. La lista es larga, hagan ustedes mismos la elección preferida que tienen en su casa: el parchís, la oca, el Catán, el Monopoly, el dominó, el Risk, el Scattergories, el Cluedo, el Scrabble, el Pictionary, el Rummikub, el Trivial o el Tabú, uno de los preferidos de quien escribe, aquel juego que tienes que definir un concepto sin utilizar otros.

Aunque se nos hace difícil definir la monarquía española o la Casa Real, o los Borbones, sin tener que utilizar las palabras jeta, indecencia o sinvergüenzas. Motivos, tenemos a espuertas, sólo hay que ver como después de todos los escándalos de papi Juancar, todavía está encima de la mesa la posibilidad de que pueda volver a casa por Navidad, con su paguita y haciendo como si no hubiera pasado nada.

Pero ellos siguen jugando al juego de vivir del momio gracias al resto. Como el Monopoly, que cuando caes en una calle que es de otro, tienes que aflojar pasta, pero aquí, teniendo que pagar todos, caigamos en la casilla que caigamos, para que los Borbones sigan viviendo a costa de los otros.

Felipe y Letizia, jugando al ping-pong / GTRES

Aquí ven a los reyes Felipe y Letizia jugando al ping-pong. Pero no es de eso de lo que les queremos hablar, sino precisamente, de un juego de mesa. Un juego que ya les han hecho llegar a Zarzuela. ¿Quién? Luis Alfonso de Borbón. El bisnieto de Franco acaba de lanzar al mercado su nuevo proyecto empresarial, un juego de mesa que ha bautizado con el nombre de Ñ. Juega España.

Según el portal Vanitatis, es un juego "con el que promete colarse en los hogares estas Navidades para entrentener e instruir a partes iguales repasando algunos de los episodios, personajes y obras de arte más relevantes de nuestra historia". Su creador dice que es un legado que quiere dejar a sus hijos después de ver lo bien que fue un juego similar en Francia.

Luis Alfonso de Borbón, bisnieto de Franco, cogiendo el féretro del dictador / GTRES

¿De qué consta? 96 cartas y un dado, evidentemente, con los colores de la rojigualda, de 2 a 8 jugadores y 468 preguntas. ¿Quién gana?: “El primer jugador que con las letras de sus cartas (todas ellas incluyen una letra en la parte superior derecha) consiga formar la palabra ESPAÑA”. Chim pum.

¿Y qué aparece en las 96 cartas? Según el citado medio, momentos determinados y personajes. La Segunda República, la Expo del 92 en Sevilla, José Bonaparte, Isabel II, el Palacio de Aranjuez, la ciudad de Toledo, obras de Zurbarán, Goya o Velázquez, el Club de Campo o el Real Club de Puerta de Hierro...

Sin embargo, ¿quién sale también?... Franco. El dictador asesino tiene su propia targetita. Una targetita con seis preguntas sobre él: cuándo y dónde nació, en qué academia se graduó, de qué lo nombraron en el año 23, qué año lo condecoraron o dónde conoció a su mujer Carmen Polo en el año 1923.

Esta es la quinta pregunta. La sexta, curiosamente, se salta todo lo que pasó desde el año 23 y va directamente al año que murió, para preguntar: "Muere el 20 de noviembre, habiendo dejado designado, desde 1969, a Juan Carlos I de Borbón y Borbón... de España", y para responder "Príncipe".

Vergonzoso. Preguntitats de dónde se enamoró o a qué escuela fue, como si fuera alguien con una vida ejemplar. Hacer una tarjeta del dictador ya es de traca, jugar con ella, todavía más. Pero si la hacían, lo más decente hubiera sido preguntar cuántos muertos provocó, a cuánta gente hizo matar, qué idiomas prohibió o datos que se correspondieran más con la imagen real de lo que era, un asesino, a ojos de todo el mundo, menos, evidentemente, en las Españas.

Por cierto, también hay targetita, en la misma línea de curiosidades inofensivas, del Valle de los Caídos... Evidentemente, Juan Carlos, Felipe o Leonor tienen una carta, donde preguntan qué afición secreta tiene, la hípica, como su tía Elena. "Envié a la Casa Real varios juegos", ha asegurado Luis Alfonso de Borbón.

Los reyes Felipe y Letizia, con Luis Alfonso de Borbón / GTRES

Por cierto, en la baraja de cartas hay 15 comodines marcados con una menina que incluyen trucos para avanzar en el juego. Por ejemplo, "gritar '¡Arriba España!'. Si lo haces, puedes quitar una carta a cualquier jugador y volver a tirar el dado. Qué juego más divertido.

Seguro que en Zarzuela, ahora que tienen este juego de mesa, esta Navidad se pasan horas... Esperamos que no tardemos en ver el día que los Borbones dejen de jugar sólo ellos al juego de ser reyes a costa de los demás.