Kate Middleton volvió a la vida pública por unas horas durante la celebración del Día de la Bandera y el desfile militar en honor del cumpleaños del rey Carlos III, el 'Trooping the colour'. El viernes por la noche se anunciaba su reaparición a través de una fotografía inédita, y el sábado formaba parte del séquito real que presidía uno de los actos más significativos del calendario nacional. Las escenas de la princesa de Gales, con su marido Guillermo y sus hijos, son enternecedoras. Siempre es una buena noticia ver a alguien que saca la cabeza desde las profundidades de una enfermedad y un tratamiento como el del cáncer. Ofrece esperanza, y lo más importante: es humana. Y empatizas. Solo por eso ya vale la pena.
Es cierto, sin embargo, que no todo el mundo piensa de la misma manera, y que incluso hay un buen grupo que aprovecha cualquier oportunidad para alimentar rumores indiscretos. El pelo de Kate, por poner un ejemplo, ha servido de coartada para hablar de la quimioterapia, de si va bien o mal, de las supuestas pelucas que tiene preparadas para las próximas apariciones. Los gestos más serios, cuando llegaba a la cita, también se han interpretado de manera exigente: muchos hablan de la tensión comprensible por una ocasión como esta, otros van a la yugular y apuntan que la evolución no es favorable, pero que tienen que dar la cara. No hay tregua.
Al día siguiente a la tradicional celebración de la Casa Real británica era el turno de otra festividad mucho más popular: el día del padre. Los ingleses lo festejan el tercer domingo de junio, y este año la cosa llegaba calentita por la disputa entre el rey Carlos III y su hijo Enrique de Sussex, el príncipe díscolo. La realidad, sin embargo, es que Guillermo y Kate han eclipsado al resto de la dinastía, y que además han conseguido emocionar a todos. La manera, una sencilla fotografía familiar. La estampa es particular, entre la tristeza, la belleza y el amor. La autora, la propia Kate. Vuelve la fotógrafa aficionada. Una actividad de riesgo, si tenemos en cuenta los precedentes. No salió bien. Ahora, sin embargo, no hay polémica.
El príncipe y padre aparece con sus hijos George, Charlotte y Louis, abrazados en una playa y, lo más importante, de espaldas al objetivo. Middleton no está, deja el protagonismo a los chiquillos: "We love you, Papa. Happy Father's Day. G, C & L". El copyright de la imagen, sin embargo, hace que la presencia de su madre sea tangible: "The Princess of Wales, 2024". La estampa es tierna y de mensaje positivo, pero nostálgico. Encoge el corazón.