El libro Yes Ma'am: The Secret Life of Royal Servants, escrito por Tom Quinn, revela detalles fascinantes sobre la vida detrás de las puertas del Palacio de Buckingham. Entre las muchas anécdotas que se destacan, una en particular ha captado la atención de los lectores: el gesto de los príncipes de Gales, Kate Middleton y el príncipe Guillermo, así como del rey Carlos tuvieron hacia Meghan Markle, que dejó a esta última profundamente dolida. 

¿Qué ocurrió entre Kate Middleton y Meghan Markle?  

Según el autor, Meghan Markle, acostumbrada a la cultura californiana donde los abrazos son una forma común de expresar afecto, se encontró con una realidad muy diferente al ingresar a la familia real británica. En varias ocasiones, la duquesa de Sussex intentó abrazar a Kate, Guillermo y Carlos, pero ellos tendían a retroceder, mostrando incomodidad ante este gesto. Este comportamiento, aunque presuntamente no intencionado, hizo que Meghan se sintiera herida y aislada, especialmente porque en su entorno previo, los abrazos eran una norma social. 

La diferencia cultural y las expectativas dentro de la realeza británica jugaron un papel crucial en esta situación. Mientras que Meghan veía los abrazos como una forma de conexión emocional, los miembros de la familia real, criados bajo estrictos protocolos y normas de etiqueta, consideraban estos gestos como poco apropiados en ciertos contextos. Esta discrepancia subraya las dificultades que enfrentó Meghan al adaptarse a un entorno tan estructurado y formal. 

Imagen idealizada de la familia real 

El libro también menciona que Meghan tenía una imagen idealizada de la vida en la realeza, influenciada por cuentos de hadas y películas. Sin embargo, la realidad resultó ser mucho más compleja y desafiante. La falta de apoyo adecuado, incluso por parte de su esposo Harry, exacerbó su sensación de aislamiento. Harry asumió que Meghan estaría bien, pero la transición fue un choque cultural y emocional para ella. Además, Quinn señala que Meghan Markle sentía que no se le daba la misma importancia que a Guillermo y Kate, lo cual era cierto debido a las jerarquías dentro de la familia real. Esta percepción de desigualdad, combinada con las diferencias culturales, contribuyó a su difícil experiencia en la realeza. 

El gesto de retroceder ante los abrazos de Meghan no fue necesariamente un acto de rechazo personal, sino más bien una manifestación de las diferencias culturales y protocolares entre ella y los miembros de la familia real. Sin embargo, para Meghan, este comportamiento simbolizó la distancia emocional y la falta de aceptación que sentía en su nuevo entorno. Lo cierto es que esta anécdota que experimentó la duquesa muestra los desafíos de integrar dos mundos tan distintos: la informalidad y calidez de California frente a la rigidez y tradición de la realeza británica. La historia de Meghan Markle y su vida en la familia real no deja de ser un tema de debate y análisis día a día.