La muerte de la reina Isabel II y la coronación de Carlos III como rey no solo cambiaron el panorama en Reino Unido, sino que también sacudieron los cimientos de la Familia Real británica. Mientras el príncipe Guillermo y su esposa, Kate Middleton, recibieron los títulos de príncipes de Gales, sus tres hijos también vieron su estatus transformado por estos cambios. Sin embargo, la historia parece ser muy diferente para los otros nietos del rey, Archie y Lilibet, hijos del príncipe Harry y Meghan Markle, que, a pesar de ostentar el título de príncipes, han sido objeto de un claro desprecio por parte de los miembros de la Corona. En contraste, los hijos de Kate Middleton, la archienemiga de Meghan, disfrutan de todos los privilegios de la realeza y cuentan con la protección de su abuelo, el rey Carlos III.
Privilegios de la realeza para los príncipes de Gales
Anteriormente conocidos como los príncipes de Cambridge, George, Charlotte y Louis ahora ostentan los títulos de príncipes de Gales, debido a que son los hijos de los herederos al trono. Sus padres ahora son príncipes de Gales, duques de Cambridge, duques de Cornualles, condes de Chester y duques de Rothesay, entre otros títulos tradicionalmente asociados a los herederos del trono. El primogénito de Kate y Guillermo, George, con tan solo 10 años, se encuentra en la segunda posición en la línea de sucesión al trono. Esto significa que, si las circunstancias siguen su curso normal, él se convertirá en el futuro rey de Inglaterra, después de su abuelo y su padre. Estos cambios en la jerarquía real fueron anunciados de manera oficial por el Palacio de Buckingham tras la ascensión de Carlos III al trono. Sin embargo, para sorpresa de muchos, los hijos de Meghan y Harry, a pesar de poseer los títulos de príncipes, no recibieron el mismo trato ni las mismas oportunidades.
Archie y Lilibet, los hijos de los duques de Sussex, han pasado la mayor parte de su vida sin ningún tratamiento especial. No fue hasta marzo pasado que Lilibet Diana fue oficialmente bautizada como princesa. Aunque los Sussex siempre supieron que sus hijos tenían derecho a ser llamados príncipes según un decreto real emitido por el monarca Jorge V en 1917, esto no garantizó su presencia ni relevancia en la Familia Real.
El desprecio hacia Archie y Lilibet
Los hijos de Meghan y Harry no han sido parte de eventos clave en la Familia Real. No asistieron a la coronación de su propio abuelo y no han recibido felicitaciones públicas en sus cumpleaños. Esta falta de reconocimiento contrasta con la prominencia que han alcanzado los hijos de Kate y Guillermo, en especial el príncipe George, quien ha desempeñado roles importantes en la monarquía desde temprana edad. De hecho, el primogénito de los príncipes de Gales ejerció como paje de honor durante la ceremonia de coronación de su abuelo, mientras que Archie y Lilibet se encontraban a miles de kilómetros de distancia de la Abadía de Westminster.
La rivalidad entre Kate Middleton y Meghan Markle parece no tener fin, y las consecuencias de esta lucha se reflejan en la diferencia de trato hacia sus hijos en la Familia Real británica. Mientras los hijos de Kate disfrutan de la plenitud de su linaje real, Archie y Lilibet parecen destinados a un oscuro rincón de olvido y desprecio. La disputa en la realeza continúa, y la paz parece estar más lejos que nunca.