A pesar de la imagen de perfección y calma que transmite Kate Middleton al público, la vida dentro de palacio es bastante más compleja de lo que parece. Aquella mujer carismática y accesible que los británicos conocen a través de los medios de comunicación tiene, en realidad, una faceta mucho más exigente y estricta en su vida privada. La princesa de Gales ha mostrado una actitud poco tolerante con el personal de palacio, lo que ha generado tensiones en su entorno más cercano.
Kate Middleton siempre suele mostrar un carácter amable y alegre en público. Nunca un gesto o una palabra fuera de lugar. Una imagen que le ha permitido ganarse la admiración y el respeto del pueblo británico. Al menos aparentemente, es una persona empática, solidarizada con quien no pertenece a su entorno. Una mujer que se preocupa por todos, sin importar condición, y comprometida con las causas sociales.
Kate Middleton no es en privado lo que parece delante de las cámaras
Sin embargo, aquellos que tienen la oportunidad de interactuar con ella a diario cuentan una historia muy diferente. Según expertos en la monarquía británica, varios miembros del personal de palacio han descrito a la princesa como una persona extremadamente controladora y perfeccionista, que no tolera el más mínimo error ni fuera de lugar en el trabajo de quienes la rodean.
Según se ha recogido en medios ingleses, Kate tiene una capacidad de adaptación impresionante a las rígidas normas de la Casa Real, algo que la distingue de otras figuras, como Meghan Markle, quien no logró hacer lo mismo. Sin embargo, esa perfección que exige a los demás no siempre resulta fácil de llevar. Se dice que su comportamiento puede ser manipulador, utilizando su posición para hacer cumplir sus deseos, a veces sin tener en cuenta las necesidades o limitaciones de quienes la sirven.
El carácter de Kate Middleton genera tensiones dentro de palacio
A Kate se le atribuye una gran inteligencia al momento de gestionar las expectativas que la Casa Real y la opinión pública tiene sobre ella. Middleton ha sabido mantener su imagen de unión y compromiso con la familia real. Y, como decíamos, se ha ganado, a través de su disciplina, el respeto de algunos miembros del círculo cercano.
No obstante, también ha creado una atmósfera de tensión que afecta en el día a día en palacio. La rigidez con la que trata los preparativos de los compromisos familiares e institucionales, ha sido uno de los motivos de fricción con quienes están a su lado. Quienes viven detrás de los muros del palacio describen un ambiente mucho más tenso de lo que muestran las cámaras.