Kate Middleton, la infatigable princesa de Gales, continúa su arrolladora agenda de compromisos reales tras haber presidido recientemente el Día de la Jarretera junto a los reyes de Inglaterra y los duques de Edimburgo, demostrando a todos que ya dejó de ser ‘Lazy Katie’ (‘Kate la vaga’), para convertirse en uno de los miembros más activos de la Familia Real británica. Ahora, la esposa del príncipe Guillermo se ha adentrado en el corazón artístico de Londres, a solo un salto del palacio de Buckingham, para asistir a la reapertura de la National Portrait Gallery, un tesoro cultural que ha sido sometido a intensas reformas durante tres largos años. Sin embargo, esta aparición no ha estado exenta de controversia, ya que algunos seguidores de la realeza han criticado a Kate por supuestamente traicionar la memoria de Lady Di, al elegir una prenda de una marca que siempre estuvo prohibida para la princesa Diana.
La National Portrait Gallery abre sus puertas
Al llegar a la bulliciosa Trafalgar Square, Kate fue recibida por una gran cantidad de admiradores y flashes de cámaras. Pero ella, como siempre, mantuvo la compostura real y se dirigió con elegancia hacia el interior de la galería. Este icónico museo londinense, fundado en 1856 con el espíritu victoriano del idealismo y la educación a través del ejemplo, tiene como objetivo reunir retratos de figuras célebres del Reino Unido para inspirar a sus compatriotas.
Durante su visita, la esposa del príncipe Guillermo se reunió con Jamie Fobert, el arquitecto responsable del proyecto, y la galardonada artista Tracey Emin, encargada de crear las nuevas puertas de la galería. Las puertas, un testimonio de la creatividad y el ingenio de Emin, presentan 45 paneles de latón tallado que representan a "todas las mujeres a lo largo del tiempo". Sin duda, una obra maestra que refleja el poder y la diversidad de las mujeres en la sociedad.
En esta oportunidad, y como nos tiene acostumbrados, la princesa de Gales no decepcionó con su impecable sentido de la moda, al confiar ciegamente en una de sus marcas favoritas, Self Portrait. Kate se presentó en la galería luciendo un impresionante vestido blanco con detalles en negro, que resaltaba su figura y elegancia. No es la primera vez que Kate Middleton elige esta firma, ya que también la vistió durante la presentación de su aclamado libro de fotografía solidario 'Hold Still’.
La marca de la discordia
El look de la royal también destacaba por otro detalle: un bolso de Chanel. Esta elección resulta curiosa desde una perspectiva histórica y estilística, ya que la difunta Lady Di se negaba rotundamente a llevar cualquier cosa de esta marca, pues asociaba irremediablemente su icónico logotipo –las dos emblemáticas C de Coco Chanel– con los nombres de Camilla y Carlos. Además, se rumorea que Kate tiene una buena razón personal para no querer vestir de la firma liderado por el fallecido Karl Lagerfeld, y todo se remonta a unas duras críticas que este último hizo sobre su hermana, Pippa Middleton, asegurando que no le gustaban las facciones de su cara. Como era de esperarse, esta decisión fue considerada como una traición por parte de Kate hacia la memoria de su suegra, sobre todo ahora que Camilla Parker-Bowles se ha convertido en la nueva reina de Inglaterra.