La Familia Real británica enfrenta momentos difíciles debido a problemas de salud entre sus miembros más destacados. Además del rey Carlos III, quien ha sido diagnosticado con cáncer, ahora se suma el diagnóstico de cáncer de la princesa de Gales, Kate Middleton. Esta noticia ha generado gran preocupación y especulación, especialmente dado el hermetismo que ha mantenido la Casa Real sobre su estado de salud.
Desde el principio, el Palacio de Kensington ha sido extremadamente reservado respecto a la salud de Kate Middleton. Los comunicados oficiales han sido breves y poco detallados. El primer anuncio informó sobre una cirugía abdominal exitosa y una hospitalización de aproximadamente dos semanas. Posteriormente, se comunicó que Middleton había sido dada de alta y se encontraba recuperándose en su residencia en Windsor. Más tarde, se supo que se había trasladado a Sandringham junto a Guillermo y sus tres hijos, coincidiendo con la recuperación del rey Carlos III en el mismo lugar.
Kate Middleton se está sometiendo a quimioterapia preventiva
Sin embargo, estos comunicados no lograron detener los rumores. La situación llegó a un punto crítico el pasado 22 de marzo, cuando Kate Middleton reapareció públicamente tras meses de ausencia para compartir una noticia que conmocionó a todos: había sido diagnosticada con cáncer. En un emotivo anuncio, la princesa de Gales explicó: “En enero, me sometí a una cirugía abdominal importante en Londres y en ese momento se pensó que mi condición no era cancerosa. La cirugía fue un éxito. Sin embargo, las pruebas posteriores a la operación encontraron que había cáncer. Por lo tanto, mi equipo médico me recomendó que me sometiera a un tratamiento de quimioterapia preventiva y ahora me encuentro en las primeras etapas de ese tratamiento”.
Hiperémesis gravídica: la batalla silenciosa de la princesa de Gales
Ahora bien, más allá del reciente diagnóstico de cáncer, es importante recordar que Kate ha enfrentado múltiples hospitalizaciones en el pasado debido a problemas digestivos relacionados con la hiperémesis gravídica durante sus tres embarazos. Este trastorno provoca náuseas y vómitos persistentes, a menudo más allá del primer trimestre de gestación. En los casos más severos, estas náuseas y vómitos pueden ser tan debilitantes que la futura madre puede experimentar más de 30 episodios de vómitos al día.
La hiperémesis gravídica conlleva serios riesgos, como deshidratación, pérdida de peso y cetosis, una condición metabólica donde el cuerpo utiliza las grasas como fuente principal de energía en lugar de los carbohidratos. Aunque es una condición poco común, puede ser extremadamente severa y requerir hospitalización para asegurar la rehidratación y la nutrición adecuada de la madre. A lo largo de sus embarazos, la esposa del príncipe Guillermo ha tenido que ser hospitalizada en múltiples ocasiones debido a la pérdida de tolerancia a los alimentos y la necesidad de suero intravenoso para combatir la deshidratación y mantener su salud en equilibrio.
La lucha de Kate Middleton contra la hiperémesis gravídica ha sido una batalla silenciosa, poco conocida por el público en general. A pesar de su imagen pública como una mujer fuerte y enérgica, la nuera de Carlos III ha demostrado ser vulnerable a problemas de salud que han afectado su capacidad para llevar una vida normal. Esta vulnerabilidad ha sido aún más evidente con su reciente diagnóstico de cáncer, sumándose a un historial médico ya complicado.