'La Resistencia' de David Broncano tiene unos seguidores muy fieles. Una multitud que no se pierde ni una de sus entrevistas surrealistas, sin importar demasiado si los personajes son conocidos o no para el gran público. La gracia, precisamente, es descubrirlos en un ambiente distendido, sorprendente e irreverente como el que rezuma en el teatro dónde se llevan a cabo las grabaciones. El emplazamiento del set de rodaje, por cierto, es una de las grandes novedades del show. Han abandonado el Arlequín de Madrid por el Príncipe Gran Vía, mucho mayor y que puede acoger a más espectadores en directo. Esta es una muestra de la buena salud que disfruta el espacio de Movistar+, que siempre provoca expectación. Tanto es así que incluso lo miran en el hogar más elitista y rimbombante del estado: el de los reyes de España.
Que Felipe VI es fan de Broncano es una de aquellas leyendas urbanas con la que el humorista juega habitualmente. Y no es el único Borbón que forma parte del show: también se ha dicho que Froilán podría ser uno de los invitados VIP en un futuro próximo, o incluso hablan del patriarca Juan Carlos, objeto de chistes y bromas bien merecidas por su penoso pasado, presente y futuro. La monarquía es muy golosa.
Un ejemplo más lo vimos durante la entrevista a la piragüista Teri Portela, subcampeona olímpica en Tokio y una atleta con un palmarés impresionante a sus 39 años. 17 medallas en los Europeos, 15 en los Mundiales y la plata en los Juegos. No está nada mal. Tan buena que incluso la Casa Real la ha galardonado en dos ocasiones con medallas de la 'Real Orden del Mérito Deportivo', distinciones que llevan la firma del jefe del estado. Tiene la de bronce y la de plata, y sólo le falta la de oro para completar la colección. Eso provocó el gag de la noche, cuando David le proponía enviar un mensaje a Felipe para presionarlo. El problema fue que, cuando Teri tenía que dirigirse de manera formal al monarca, no encontraba o no sabía cómo tenía que ser el tratamiento adecuado.
"Excelentísimo...", decía, y Broncano la paraba. "No. Es mucho más, ¿eh?". Volvamos a empezar. "Excelentísimo don...". "No, no, no". La mujer sudaba para encontrar la palabra justa: "Grandísimo...". Aquí el presentador levantaba la ceja: "¿Eh? ¿Grandísimo? Pero ¿qué es esto?". En vez de añadir más sal y pimienta a la cosa, Portela se tronchaba de risa. Y la imaginación de los espectadores volaba, libre como una gaviota sobre el océano. Empezaban varias chanzas y mofas en plató, hasta que David recurría a Sergio, una especie de 'follonero' incrustado en el patio de butacas que acababa de rematar el trabajo. Confundiendo quién es el actual rey de España, le colocaba un mote muy acertado y que hacía estallar las carcajadas: "Exiliado". No osaron decir "fugado", mucho más preciso, pero no estuvo mal. Cuando le reprocharon su equivocación, se dirigía a Felipe, el hijo, como "residente". 'Su residente' tampoco está mal, porque muchos "súbditos" piensan que la monarquía tiene bastante con vivir, hacer la fotosíntesis y disfrutar, nunca mejor dicho, como reyes. Y además, 'El Preparao' todavía no se ha largado como su padre. Vaya, que es residente, exacto.
Los tenemos 'calados', Zarzuela ya no engaña a nadie. Los tiempos han cambiado, a pesar de la tropa cortesana.