Hace 21 años que Lady Di murió en un trágico accidente en París, cuando el coche en el que viajaba con su pareja Dodi Al-Fayed, se estrelló en el interior del túnel de Alma de la capital francesa. De la princesa del pueblo se ha dicho y escrito de todo. Su figura era tan mediática que despertaba la curiosidad de millones de fans que la tenían en un altar y en quien se reflejaban muchísimas personas, especialmente los británicos.
Un ejemplo de eso es que más de dos décadas después de su defunción todavía se siguen escribiendo ríos de tinta sobre su vida y milagros. Muchos de ellos, con intenciones lucrativas. Da igual que la Princesa de Gales ya no esté entre nosotros. El último en subirse al carro ha sido su exmayordomo, Paul Burrell, que en un documental de Amazon, 'Serving the Royals: Inside the Firm', explica algunas intimidades de ella, hasta ahora desconocidas.
El antiguo trabajador de Lady Di quiere estar en misa y repicando. Se cubre las espaldas asegurando que siempre fue correcta y amable con él, pero tiene prisa por explicar algunos hábitos que tenía ella y de los que todavía no se había hablado. Como por ejemplo, la sorprendente afición que tenía la exnuera de la reina Elizabeth a comprar revistas de contenido pornográfico. ¿Para goce y disfrute particular? No. ¿Para coger ideas a aplicar con su marido Carlos de Inglaterra? En absoluto... "Diana acostumbraba a pedirme que comprara revistas de calificación X para sus hijos", explica el exmayordomo, tal y como recoge la revista Vanitatis. "Su intención era que tanto Guillermo como Enrique aprendieran de las mujeres. Decía que sería bueno para ellos que observaran lo que hacían algunas señoritas".
Estamos hablando de una época en que los hijos de Lady Di tenían 15 y 13 años y que a mitad de los 90 estaban en plena pubertad y empezaban a adentrarse en la adolescencia. Según Burrell, la madre les veía tan confundidos que quería ser más progresista y moderna que nadie, intentando aportarles un poco de luz: "Lady Di quería que sus hijos crecieran con una buena visión del sexo opuesto, por eso se me encargaba a menudo que fuera a comprar muchas revistas". Es decir, que así los dos hermanos se tenían que ahorrar el aprieto de ir a un quiosco y poner una revista de contenido erótico mezclada entre los diarios del día y el Muy interesante.
Explica el exmayordomo que Lady Di, porque lo había vivido en sus propias carnes, era muy consciente de las dificultades de Guillermo y Enrique a la hora de tener relaciones alejadas de los focos y experimentar con su sexualidad sin que algún tabloide británico informara de con qué chica les habían visto o dejado de ver. Quien sabe si el hombre lo que quiere ahora es ganar unos dineritos a cuenta de la princesa. Sea como sea, se nos hace difícil imaginar a la madre por la noche en el palacio de Buckingham preguntando a sus hijos: "¿Ya habéis hecho los deberes? ¿Ya os habéis lavado los dientes? ¿Ya habéis hojeado el Hustler de este mes?". Pero si alguien era capaz de hacerlo, esta era Lady Di.