Charles Spencer, hermano de la difunta Diana de Gales, tiene 60 años y ninguna intención de morirse próximamente. Ha tenido una vida convulsa y traumática, con abusos, desgracias y divorcios; un peaje duro para un estatus de rico y privilegiado. Acaba de anunciar la separación de su tercera esposa y se enfrenta a un proceso judicial importante y potencialmente doloroso. Cómo será el panorama que ha contratado, por más de 600€ la hora, a la misma abogada que consiguió que retiraran el tratamiento de Alteza Real a su hermana, un año antes de su trágica muerte. Un pitote importante que le hace pensar en el futuro, y en los cabos que debe atar. Por ejemplo, la herencia. Los Spencer no son royals y mantienen vínculos gélidos con Buckingham Palace, pero sí ¡son aristócratas. Y de larga tradición, con pedigrí y posesiones muy valiosas.
La joya de la corona es Althorp, una finca de 13.000 hectáreas, en Northampton. Ha sido patrimonio familiar desde el año 1508, un escenario común para todas las generaciones de la familia. También para Diana y sus hermanas, Jane Fellowes y Sarah McCorquodal. La propiedad es del conde Charles, y está pensando a quién dejar el mando. Todas las quinielas indicaban un nombre, el de la primogénita, pero parece descartada. Apartada, fuera. 'Tú no'.
La protagonista de este culebrón amargo es Lady Kitty Spencer, la primera hija de Charles con Victoria Lockwood. Tiene 33 años, es un icono de moda (como las hermanas gemelas Amelia y Eliza), emblema de marcas como Dolce&Gabanna y un currículum de estudios superiores impresionante. La siguen 700.000 personas en redes sociales, y desprende un magnetismo especial e irresistible. Que le pregunten a su marido, al empresario millonario Michael Lewis, de 65 años, a quien conoció a través de amigos en común. Conectaron por varias razones; la más trivial, quizás, que él es de Sudáfrica y ella pasó allí su niñez. Son cosas que suman. Se casaron a todo trapo en Roma en 2021, con cola kilométrica, anillaco de diamantes y toda la pesca. También dos detalle interesantes: rechazó llevar la tiara Spencer en la boda, y su padre no estaba presente en la ceremonia.
Tantos gestos parecen tener un significado, y este sería que con Lady Kitty todo bien, pero no le confiarán el patrimonio de la familia para gestionarlo en el futuro. El escogido, de hecho, no son ni las siguientes de la lista; sí, en cambio, el primer hombre. Louis Spencer. Una medida polémica, y que el padre Charles intenta argumentar así en 'Hello!': "No puedes hacer que tus hijos se preocupen (por la finca). Pero esto no es una casa corriente, es parte del patrimonio de la nación". El único en quien confía de los siete hijos es Louis. El resto no cuenta. Nunca falta una buen lío en UK, no.