Confieso la devoción personal por la maravillosa Laia Sanz. Piloto superlativa, tiene otra virtud más allá de su extraordinario currículum: tiene una bondad, un sentido del humor y un carácter que la hacen todavía más grande. Cada vez que charla en público da un buen rollo que desarma. Cada vez que se pone el casco y el mono de piloto, y empieza a meterle gas a la moto o al coche, como en el último Dakar, es emocionante para los que nos gusta el mundo del motor. Pero es que cada vez que baja del vehículo, se pone ropa de calle y sale a algún plató donde la entrevistan, también se mete a los catalanes en el bolsillo. Y ahora, lo ha vuelto a hacer.

Laia ha estado charlando un rato con Joel Díaz en el APM? de TV3. Y ha habido un momento de la conversación sensacional. Un momento que nos ha recordado Joel de uno de los higlights de Sanz gracias a sus éxitos profesionales encima de la moto. Aunque antes, un intercambio de impresiones donde la piloto, que acostumbra a estar rodeada de hombres en las carreras, ha dejado claro si se considera feminista: "A mí me gusta la igualdad. He encontrado que la mejor manera de hacer feminismo es demostrando que podemos estar en muchos sectores, vistos como sectores de hombres, ser competitivas, ser tanto o más válidas que los hombres. Por ejemplo, ir a un Dakar y pasarte por la piedra a la mayoría de tios". Qué grande que es Laia.

Una Laia que ha ganado muchos trofeos y ha recibido muchos y merecidos reconocimientos. "En el 2013 te dan el que yo diría que es, de todos los premios que te han dado, el que tiene en teoría más peso específico". Sanz apunta que también "me dieron una Cruz de Sant Jordi, ¿eh? La tengo colgada allí en el comedor, me hizo mucha ilusión". Reanudando el hilo, ¿qué le dieron el año 2013? La 'Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo'. Momento al cual corresponden unas imágenes que le ha mostrado. Unas imágenes de quien le otorgó el galardón... el rey emérito. Un Juan Carlos doce años más joven, todavía con aquella efervescencia que venía de serie, todavía con aquella sensación que tenía él mismo de creerse por encima del bien y del mal, sobre todo, en cuestiones erótico-festivas. Unas imágenes donde se le ve con unos ojos... muy interesados, por decirlo suavemente. Un repaso que la hace reírse, y reconocer que "no me había fijado, pero lo he visto, lo he visto... Conociendo los antecedentes, podría bien ser".

Perdonen la obviedad, pero está claro que a aquellas alturas, en el año 2013, el Borbón iba como una moto... y no precisamente pilotando como hace Laia Sanz.