Desde su ingreso en la Academia Militar de Zaragoza y su mayoría de edad, la imagen de la princesa Leonor ha cambiado radicalmente. Lejos del estricto control de su madre y de Zarzuela, la heredera al trono ha comenzado a disfrutar de una vida más libre, con salidas nocturnas y encuentros con amigos que distan de la imagen tradicional que la Casa Real ha tratado de proyectar.
Sin embargo, este intento de mostrar a Leonor como una joven más cercana al pueblo ha tenido efectos contrarios. Mientras que en ciertos sectores es admirada, su presencia en locales de ocio ha generado situaciones incómodas y tensas, sobre todo por el excesivo dispositivo de seguridad que la acompaña a todas partes. La fuerte presencia de sus cinco escoltas ha provocado el rechazo de algunos asistentes a estos eventos, quienes han manifestado su descontento con abucheos y críticas.
La presencia de Leonor en los locales de ocio genera tensiones
Varias fuentes han asegurado que Leonor, aunque intenta mantener un perfil bajo en sus salidas, ha protagonizado momentos de tensión. Su actitud, que algunos describen como altiva, le ha generado problemas con jóvenes de su edad, especialmente cuando está de fiesta. En más de una ocasión, ha sido objeto de reproches, lo que ha obligado a sus escoltas a intervenir.
Los momentos más tensos ocurren cuando los guardaespaldas de Leonor se ven obligados a registrar bolsos y requisar teléfonos móviles para evitar cualquier filtración de imágenes comprometedoras. Esta medida drástica suele generar una fuerte reacción entre los presentes, quienes no dudan en manifestar su descontento con abucheos y silbidos dirigidos hacia la princesa.
Las tensiones se reproducen en Brasil
Pero estas situaciones no solo se han dado en Zaragoza, en Pontevedra o en Madrid. Si bien en España la figura de Leonor es reconocida por la mayoría de la población, en otros países su rostro pasa más desapercibido. Esto ha provocado situaciones aún más delicadas cuando la heredera se encuentra fuera de territorio nacional. Por ejemplo, durante su travesía con el Juan Sebastián Elcano.
Se ha sabido que durante su última estancia en Brasil, Leonor vivió momentos de tensión en una de sus salidas nocturnas. La actitud proteccionista de sus cinco escoltas generó confusión y molestia entre los asistentes del local, quienes no entendían el despliegue de seguridad desmedida. La incomodidad se hizo presente rápidamente y terminó en una situación tensa en la que los escoltas tuvieron que intervenir para evitar que la cosa fuera a más.