Ya es oficial: Leonor empezará el próximo mes de agosto su formación militar. La tradición familiar continúa y la princesa cambiará el ambiente exclusivo de Gales por la vida cuartelaria en la Academia General del Ejército de Tierra en Zaragoza. El primer impacto es evidente: la hija de Felipe y Letizia se encontrará con un "campo de nabos", con perdón, donde las mujeres siguen siendo una excepción. La proporción de hombres y mujeres en las fuerzas armadas es de 100 a 1, cómo demostró el rey con su particular manera de celebrar el 8-M, el Día de la Mujer: rodeado por 25 mandos de la cúpula militar, todos hombres. Pero la cúspide no es tan diferente de la base. Leonor será una excepción no solo por su título real, también por la condición femenina. Eso sí, ella sí prosperará. Llegará lejos, lo tiene todo hecho.

Ahora bien, hay algunas normas que incluso la princesa tendrá que cumplir, o cuando menos, hacer ver que las sigue y respeta. Muchas de ellas son sencillas, como la número 1 del decálogo del cadete o dama cadete, como es su caso. "Tener un gran amor a la Patria y fidelidad al Rey, exteriorizado en todos los actos de su vida".. Vaya, pan chupado. También "hacerse querer de sus inferiores y desear de sus superiores", "ser fiel cumplidor de sus deberes y exacto en el servicio", "no murmurar jamás ni tolerarlo" o "unir a su acrisolada caballerosidad constante celo por su reputación", escrito en castellano medieval y machista. Como interna tendrá que compartir habitación (puede ser con otra dama cadete o con 11 más), duchas, etcétera. Eso sí que quizás le resulta más exótico, aunque tenga experiencia de vivir en comunidad en el UWC Atlantic College. Por no hablar, claro, de familiarizarse con un fusil o una pistola, llevar el uniforme propio del I Batallón de Cadetes donde empezará la instrucción y carretear una mochila cargada de herramientas y objetos.

Militares formándose en la Academia General de Zaragoza / Ejercito.Defensa.Gob.es

La mochila que carreteará la dama cadete Leonor, pesadísima

Este capítulo es singular: la manutención de los militares corre a cargo del Estado, cosa que no cambia demasiado en el caso del Leonor, pero hay una lista interminable de artículos que el ejército exige llevar de casa a los recién llegados. Letizia volverá locos a sus asistentes: artículos de higiene, betún, cepillos, trapos, esprays, kits de costura, 30 zapatillas deportivas de running, reloj digital, linterna, pulpos elásticos, bolsas zip, cinta aislante, silbato, bridas, alambre, rollo de nylon, piquetas de camping, botiquín, mechero, espejitos, cremas diversas, gorro de natación... y más cosas. Ains. La web de la Academia explica que muchos de ellos los pueden adquirir en la tienda del recinto, pero que traigan la VISA o dinero en efectivo, un reducto de la época dorada de Juan Carlos y el cadete Felipe. Ahora bien, hay otro objeto que no podrá llevar en su nueva vida castrense y que lo echará de menos. Lo luce cada día y le tiene mucho cariño. Precisamente la que no le tiene su madre Letizia, feliz al ver que la carrera militar tiene alguna ventajas.

Sofía, Leonor y Letizia / GTRES

La prohibición militar que afecta a la imagen de la princesa y que hará feliz a su madre Letizia

Hablamos del capítulo piercings: están prohibidos, como los tatuajes. "Se pondrá especial énfasis en el cumplimiento de las normas sobre cabello, barba, bigote, peligra, uñas, accesorios y tatuajes, así como argollas, perforaciones, espigas, inserciones y automutilaciones". Como vimos el pasado mes de noviembre, la princesa lleva dos en las orejas, el último se lo hizo el pasado verano. Fue en Gales sin consultar con la mamá gallina Letizia, que controla todo en su vida. Pero con 17 años y para perforarse el lóbulo por segunda vez no necesitaba permisos ni visto bueno, era una especie de acto de rebeldía. A partir del verano, los militares restablecerán el equilibrio en el tira y afloja madre-hija. Fuera, orejas limpias. Firmes. ¡Ar!

Los piercings de Leonor / Instagram

Veremos si como futura capitana general de los ejércitos las normas pueden ser más flexibles en el caso de Leonor... o se impone la disciplina militar que más gusta a la madre Letizia. Conflicto a la vista, cuerpo a tierra.