La princesa Leonor cumple seis meses en la Academia Militar de Zaragoza la semana que viene. Ha pasado ya medio año desde que el pasado 17 de agosto se puso el uniforme por primera vez. Ahora le quedan dos años y medio de formación por delante. Primero terminará el curso en el cuartel de Zaragoza. El año que viene ingresará en el ejército del mar, en un cuartel de Pontevedra. Mientras que el tercer año lo pasará en el ejército del aire, en Murcia.
Sus primeros meses en el cuartel han sido muy satisfactorios. Leonor se ha integrado muy bien entre sus compañeros. Es cierto que tiene algunos problemas en las maniobras. Su estado de forma no es el mejor. Pero goza de “condición especial” por ser quien es, con lo que no es algo por lo que deba preocuparse. Recibirá las ayudas necesarias para ir superando etapas.
Aunque le cuestan las pruebas físicas, la princesa Leonor es una cadete ejemplar
Asimismo, cuentan que el comportamiento dentro del cuartel de la hija del rey Felipe VI y la reina Letizia es ejemplar. Como el resto de cadetes, Leonor cumple todas las órdenes y no tiene salidas de tono. Se muestra muy humilde, como su fuera una más.
Otra cosa es cuando llega el fin de semana o tienen tiempo libre. Ahí los cadetes sí que se desmadran un poco. Y también la princesa Leonor. Se conoce que suelen acudir al centro de Zaragoza siempre que pueden. Y allí se quitan los lastres que implican el uniforme que llevan. No falta la visita obligada al McDonald's o al Burger King, donde aprovechan para consumir lo que no figura en el menú del cuartel. Mientras que también aprovechan para visitar bares o discotecas.
Advertencias a Leonor en forma de faltas por retrasos
Cabe decir que los vecinos de la zona están encantados con los cadetes. Los jóvenes tienen un comportamiento muy correcto y apenas arman jaleo. Saben que si la lían podrían ser expulsados.
En lo que no cumplen tanto es en el horario de regreso al cuartel. Nos cuentan que les cuesta volver. Y ello les ha valido a Leonor y algunos compañeros un par de faltas graves por llegar más allá de las 23 horas. Un ‘problema’ en el que la futura reina juega con ventaja. Sabe que aunque la crucifiquen con 500 faltas, no va a ser expulsada.