La princesa Leonor ya hace unos cuantos días que está en el internado de un castillo de Gales donde hará los dos próximos cursos siguiendo con su formación académica. La heredera fue despedida por sus padres y su hermana en el aeropuerto de Barajas como si fuera una escena de Love actually, posiblemente, alguna lagrimita caería de los ojos de sus padres y su hermana cuando volvieron a Zarzuela ya siendo uno menos en el coche oficial.
Leonor está radiante y ya se ha hecho alguna foto en su nueva escuela, de momento, con una sonrisa de oreja a oreja, de momento, posiblemente encantada de la vida de estar dos años sin tener que someterse al control de sus padres y de tener un comportamiento que se le presupone a la hija de los reyes de España.
Veremos, sin embargo, si el paso del tiempo no hace efecto en ella como sí lo hizo en su padre en el pasado, en una situación similar que le tocó vivir. En la Casa Real esperan que la niña no cambie su carácter y viva en su propia piel lo que sufrió Felipe.
El entonces príncipe fue el primero de los hijos de Juan Carlos y Sofía que fue a estudiar COU fuera de España. Le escogieron un internado en Canadá, y como con Leonor, también fue toda la familia feliz a despedirlo al aeropuerto. Lo acompañaron en esta nueva etapa el coronel de infantería de Marina José Antonio Alcina y dos escoltas, tal como recuerda la revista Vanitatis. Una vez aterrizados en Toronto, viajaron en coche hasta el centro educativo, situado en el pueblo de Lakefield que daba nombre a la escuela.
Tenía que compartir cámara sin lavabo, que era común, hacer las tareas de limpieza y acostumbrarse a que nadie llamara en la puerta, como sí pasaba en Zarzuela. Despertador a las 6.45, y a las 8 tenía que estar listo para ir a clase. El problema, como dice el citado medio, es que "Felipe en aquella época, y que en ocasiones ha resaltado Jaime Peñafiel, tenía una dificultad para levantarse al alba, y en el internado las normas eran para todo el alumnado".
Los compañeros de escuela lo bautizaron como Flip, veremos si a Leonor le buscan un nombre similar. La joven probablemente tenga otras condiciones en el internado de Gales, pero si ha heredado de su padre la tendencia a que se le enganchen las sábanas, ya puede ir deprisa en resolverlo.
En la Casa Real tampoco querrían que le pasara como a su padre, que "sentía añoranza de la familia, la ausencia de sus hermanas, y echaba de menos los mimos de doña Sofía, para quien Felipe fue su hijo preferido", tal como explicaba la periodista Pilar Urbano en su libro La reina muy de cerca. Felipe, añorado cuando tenía la misma edad que su hija Leonor, cuando hizo como ella y fue a estudiar a un internado. Veremos si su hija también echa tanto de menos a sus padres.