La princesa Leonor sigue ubicándose en su nueva vida castrense. Tras adecuar su aspecto e indumentaria al reglamento, de empezar la instrucción militar e incluso de confraternizar con el resto de reclutas en un bar barato de Zaragoza, la heredera de la corona española empieza a familiarizarse con el uso de las armas. Pronto tendrá la primera en propiedad, le regalarán una en la Academia. Tendrá su nombre grabado y todo, pero no crean que este sea un privilegio más de la Borbón. Todo el resto de compañeros y compañeras tendrá una. Es una tradición. ¿Eres militar? Pues ea, aquí tienes tu arma.
El utensilio de combate que obsequian dentro de los muros de La General no es el que seguramente se imagina la mayoría de gente. No, no será un CETME, el fusil español por antonomasia. De hecho, no será un arma de fuego, todavía está muy verde en este ámbito. Sería una temeridad, y teniendo en cuenta los antecedentes familiares con el empleo de la pólvora y de las balas, como que no. Mejor lejos. La alternativa es mucho más pomposa y, en principio, menos peligrosa. Es un arma de postureo, un sable. El que lucen aquellos que nunca serán tropa, sino que ocuparán plazas de oficial. Y la oficial de más rango del futuro ejército español será ella, precisamente.
Leonor, a punto de tener su primer arma, un sable
Explica Paloma Barrientos en Vanitatis la historia de este arma blanca, símbolo de la adaptación a la vida militar y al decálogo que la rige. El próximo 19 de septiembre se llevará a cabo la ceremonia de entrega de sables, el paso previo a la jura de bandera del cuartel, previsto para el 9 de octubre. La primera es mucho más íntima que la segunda; a la jura asistirá el padre y la madre royals, pero cuando le den la espada no habrá más testigos que el resto de reclutas y sus mandos. Lo hacen en el patio de armas, de buena mañana. "El sable representa el símbolo de los oficiales mientras que el fusil es propio de los soldados. Nunca se verá a la tropa con sable", explican. Con el sable en la mano, otorgan oficialmente el título de dama-cadete, en el caso de las chicas, o de cadetes si eres un chico.
La ceremonia de entrega del arma, privada. ¿Quién será su padrino?
El protocolo detalla que será un alumno o alumna de segundo año el que entregará la espada a Leonor. ¿Quién le tocará, quién hará de padrino de la ahijada? No se sabe, pero todo hace pensar que escogerán a la persona con mejores notas de la anterior promoción, no será un cani al azar. Piensen que, según el imaginario castrense, quedarán unidos para siempre, uno orientará al otro durante la etapa de formación y, una vez fuera de la Academia, será su faro en momentos de duda o indecisión. Precioso. La entrega será vistiendo el uniforme de gala, habrá discursos alentadores y finalmente, se hará entrega del regalo. Del primer arma del resto de su vida.
'Nasiá pa'matar'. Apasionante.