Leonor es la gran protagonista de los últimos meses en Casa Real. Tras eliminar a todos los miembros de la familia de Felipe VI de la institución, la princesa y la infanta Sofía son las grandes esperanzas de la corona en el importante cambio para acercarse más a la ciudadanía. La hija mayor de los reyes de España ha recibido un aprobado por parte de los españoles. Este fin de semana juró bandera en Zaragoza y el próximo 31 de octubre jurará la Constitución, justo en el momento en el que cumpla la mayoría de edad.

Letizia ha intentado sobreproteger la imagen de su hija, sin embargo, poco a poco será ella quien deba asumir sus responsabilidades. Este 12 de octubre será la gran protagonista. La reina ha conseguido librarse de la imagen de Juan Carlos I, quien estuvo a punto de destrozar la corona por sus polémicas.

Juan Carlos y Leonor efe

Juan Carlos se ha visto envuelto en varias polémicas como las tarjetas black o sociedades en paraísos fiscales. Felipe VI renunció públicamente a la herencia de su padre, una fortuna de 2.000 millones de euros que recaerá únicamente en sus dos hijas, las infantas Elena y Cristina. Es probable que cuando cumpla la mayoría de edad, Leonor también renuncie públicamente a cualquier herencia de su abuelo.

El emérito ha donado grandes cantidades de dinero a sus amantes para garantizar su silencio. Transfirió 65 millones de euros a Corinna Larsen, según ella “por gratitud” y “porque todavía tenía la esperanza de recuperarme”. El dinero procedía de una transferencia bancaria que el rey de Arabia Saudí Abdalá Bin Abdulaziz realizó en 2008 a Juan Carlos I en una cuenta secreta del banco Mirabaud que el monarca administraba a través de la Fundación Lucum, una sociedad instrumental panameña.

Leonor y Felipe VI se retiraron de la sociedad en 2012 

En 2011, supuestamente, también habría donado dos millones de euros procedentes de su cuenta en Lucum a Marta Gayá. En esa sociedad figuraba como beneficiario Felipe VI y su hija Leonor. No obstante, se disolvió en 2012. Rey y princesa quedaron apartados de la sociedad de Juan Carlos, pero el emérito continuó con sus tejemanejes para conseguir liquidez para sus gastos, más allá de la asignación de los Presupuestos Generales del Estado.

Leonor, Juan Carlos y Felipe EFE

“Juan Carlos necesitó crearse una vida económica B para poder mantener una vida sentimental B”, comenta José María Olmo a Lecturas.com. “Sin ese dinero no habría podido agasajar a todas sus amantes con joyas, viajes y cenas en grandes restaurantes. Esa pulsión sentimental suya exigía la existencia de una forma alternativa de financiación, por decirlo de forma elegante. Ahí entra una estructura muy compleja de testaferros, cuentas opacas y sociedades 'offshore' que le permitían alimentar continuamente ese sistema con dinero de procedencia irregular”.