El discurso en catalán de la heredera de la Corona española, la princesa Leonor, se ha convertido en el arma arrojadiza del unionismo para intentar convencer a los catalanes de que "con los Borbones vivimos mejor". Una niña de 14 años que nunca ha pisado Catalunya, a pesar de su título nobiliario de princesa de Girona, que habla (o recita, vete a saber) con la desenvoltura que ya quisieran muchos ciudadanos nacidos en Catalunya, y especialmente, muchos políticos que se presentan a las elecciones en las circunscripciones catalanas. La adolescente lo hizo muy bien, cierto. Y ya. No quieran ver nada más que el trabajo enfermizo de la Casa Real para conseguir un acento y una dicción casi perfectos en la lengua del enemigo. De puentes, de entendimiento, de diálogo (que no sea de cartón piedra), ni hablar. Podríamos incluir el discurso como una atracción más del Poble Espanyol. Una representación folclórica lucida, de la que algunos intentan descifrar su secreto.
¿Hipnosis? ¿Métodos de tortura? ¿Leonor escucha a Txarango o La Pegatina? La perfecta pronunciación de la niña intriga a todo el mundo. Y algunos se atreven a explicarlo, o al menos, a hacerse eco de supuestas filtraciones. Como han hecho en el Catalunya Migdia de Catalunya Ràdio, donde además de elucubrar con la existencia de un misterioso profesor particular para Leonor, incluyen justamente a la radio como catalizador de la excelencia oral de la joven. Felipe y Leonor escuchan la radio pública catalana para pulir su habla, una costumbre que empezó el actual monarca y que ha traspasado a su heredera. Los resultados, sin embargo, están a años luz en el caso de uno y otra.
La imagen mental de padre e hija escuchando a Mònica Terribas, Empar Moliner o Laura Rosel en el Palacio de la Zarzuela es tan surrealista como escalofriante. Sea como sea, la niña le ha ganado por la mano a 'El Preparao': se nota la influencia de Letizia, siempre obsesionada con la educación de su progenie.