El desfile militar del 12 de octubre, celebrado en Madrid, estuvo marcado no solo por la intensa lluvia, sino también por algunos momentos tensos y simbólicos que no pasaron desapercibidos. Aunque la atención inicial estaba puesta en la meteorología y la posible cancelación de algunos actos, como el salto de los paracaidistas, el foco se desplazó rápidamente hacia los protagonistas de la familia real.
Uno de los momentos más comentados fue el desplante de la princesa Leonor al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Este gesto ha causado un verdadero revuelo, especialmente porque no es la primera vez que la heredera al trono muestra cierta frialdad hacia el líder del Ejecutivo.
Desplante deliberado de la princesa Leonor al presidente Pedro Sánchez
La escena ocurrió al finalizar el desfile, en la plaza de Neptuno, cuando Sánchez se acercó a Leonor con la intención de intercambiar algunas palabras. Sin embargo, la princesa evitó el contacto visual y, en lugar de responderle, decidió girarse para hablar en privado con su padre, el rey Felipe VI, dejando al presidente prácticamente con la palabra en la boca. Vean el vídeo:
¿Que titulo le ponéis a esta secuencia? pic.twitter.com/mY5Hs0TUsk
— Lobo (@TonoSVJ) October 12, 2024
Este gesto no pasó desapercibido para los presentes ni para los medios de comunicación, que rápidamente lo interpretaron como un desplante deliberado. Leonor, que por segundo año consecutivo presidió el desfile con su uniforme militar de gala de invierno de La Armada, proyectó una imagen solemne y comprometida con su papel, pero su interacción con Sánchez fue lo que más comentarios generó.
Relación fría y distante
El feeling entre la princesa y el presidente del Gobierno parece inexistente. Se ha especulado en varias ocasiones sobre la frialdad entre ambos, y este último gesto no hace más que alimentar esas conjeturas. A nivel simbólico, que la futura reina de España ignore al líder del Ejecutivo en un acto público no es algo menor, especialmente considerando el contexto político actual y el papel que la monarquía desempeña en la estabilidad del Estado.
Además, este desplante tiene lugar en un momento delicado para la familia real, con las tensiones visibles entre Letizia y Felipe VI. Las imágenes de la reina, arrinconada bajo la lluvia, sin el respaldo cercano de su esposo, se convirtieron en otro de los temas más comentados del desfile. Según la periodista Pilar Eyre, esa foto de Letizia sola es "la imagen más emblemática" no solo del evento, sino de la actual situación en la familia real.