Los actos de celebración de los 10 años de reinado de Felipe tuvieron dos protagonistas que eclipsaron a los reyes: Leonor y Sofía. La buena noticia es que dos chicas de 17 y 18 años tengan tan buena imagen, la mala es que Felipe y Letizia no brillaron ni como pareja ni como reyes, y eran los que celebraban 10 años. Tuvieron el día en paz por la ausencia de tuits del inefable Jaime del Burgo, el amante de la reina que amenazaba con aguar la efeméride. Pero como todo lo que ha hecho en seis meses desde que destapó la infidelidad de Letizia ha quedado en nada: un accidente de Letizia del pasado, superado y cada vez con menos interés. La combinación de prensa silente y Del Burgo bipolar ha hecho el resto. Los reyes cumplen 10 años y pueden cumplir 10 más. Y con una garantía: las hijas lo harán mejor que ellos. Leonor tiene un problema: está tan encasillada en el papel de cadete Borbón que de civil ofrece peor imagen. Ha sido uno de los errores más sonoros de su formación: esconderla 3 años, 3 cursos universitarios, en los 3 ejércitos. No ha acabado ni el primer año, le queda hasta 2026 en Pontevedra y Murcia, y ya solo la vemos bien de soldado. Vestida de civil de gala de noche por el décimo aniversario de los padres lucía mucho peor que de uniforme. Buena parte de culpa la tienen los estilistas reales, mareados a encontrar vestidos que no le pegan nada. El de la noche fue un horror:

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Leonor de espaldas, GTRES
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Leonor guapísima, mal vestida, EFE

Las dos fotos lo demuestran: solo se salva medianamente la foto de cara cuando sonríe porque Leonor es tan fotogénica, tiene la cara tan espléndida que consigue disimular el vestido desastroso, poco elegante y que le sentaba fatal, un brill brille de tirantes con un escote inadecuadísimo y el hombro al aire que le hacía una figura extraña. A los 18 años la princesa tiene un físico de militar, en forma, que el vestido no le hacía justicia. El escote, los bordes de encaje, es un no total. En cambio, su hermana Sofía optó por un look mucho más discreto, blanco, tapada y con tacones, por fin, ya que es la más alta, que por discreta ganó la partida. La elegancia es la simplicidad y a Leonor la cargaron como un árbol de Navidad, con un bolso de mano que la hermana no llevaba. Leonor guarda el móvil en el bolso, de donde sacó el teléfono para leer las palabras del brindis que salvaron la jornada. El único momento del día natural, bonito y que pareciera improvisado, aunque Letizia lo orquestó con gestos, señales y toques de copa. Bien jugado.

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Leonor y Sofía, juntas, EFE
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Sofía mejor que Leonor, EFE
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Leonor mira la exposición, GTRES
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En el exterior Leonor se tuvo que tapar, EFE

Que el traje de tirantitos era inapropiado lo demostró cuándo salió fuera del Palacio para contemplar un mapping, una proyección sobre la fachada, y tuvo que taparse. La hermana iba tal cual. Y eso que viven en Gales y en Zaragoza, dos rincones de mundo donde el frío por la noche es considerable. Pero es que las estilistas de Zarzuela solo piensan en cómo hacer que Letizia no quede eclipsada por las hijas. Llegan tarde, es imposible, las chicas están tan bien educadas y Letizia vive horas tan bajas, que solo con un discurso de 2 minutos leído de un móvil diciendo "papá y mamá" con acento pijo consiguieron que Letizia pasara totalmente desapercibida. Letizia ya no es la mujer del rey, es la madre de la reina. Lo que más temía Letizia, acabar tan prematuramente siendo solo la reina madre.