Leonor inició el pasado sábado, 11 de enero, una de las aventuras más importantes de su formación militar. Como una futura jefa de Estado, siguiendo los pasos de Felipe VI y Juan Carlos I, la princesa se embarcó en el buque escuela Juan Sebastián Elcano. En esta embarcación pasará los próximos seis meses en los que recorrerá ocho países diferentes. No volverá a Zarzuela hasta finales de junio, unas semanas antes de los 75 compañeros que la acompañan a bordo.
La hermana de Sofía partió desde el puerto de Cádiz. Felipe VI y Letizia acudieron a despedirse de ella como el resto de familiares. Era un acto institucional para la corona, aunque para ellos era personal. De hecho, la monarca mostró su cara más vulnerable al derrochar varias lágrimas mientras se despedía de su hija con la mano.
Desde el pasado sábado hasta este mismo viernes, Leonor ha estado a bordo del buque escuela sin salir ni un solo día, todo el rato navegando por las aguas del atlántico. Lo que ha provocado algunas situaciones incómodas. Algunos compañeros han desarrollado estrés y ansiedad, incluso algunos han sufrido claustrofobia, son síntomas normales durante los primeros días hasta que el cuerpo y la mente se aclimata a esta nueva situación. Durante los primeros meses se han estado preparando para esta aventura, pero no habían vivido una situación tan al límite.
Los primeros días, Leonor sufrió el conocido síndrome ‘mal de tierra’. Según el médico de familia David Sánchez Guzmán, se trata de un síndrome que afecta a navegantes cuando, tras acostumbrarse al balanceo del barco, experimentan mareos persistentes al llegar a tierra. Este desajuste del órgano del equilibrio puede provocar molestias significativas. En los primeros días, Leonor sufrió mareos severos, llegó a vomitar y tuvo que ausentarse de las primeras clases, descansando en su camarote para recuperarse. Este tipo de malestar, según los instructores, es habitual al inicio y se espera que desaparezca con el tiempo. A pesar de este inconveniente, la princesa sigue comprometida con su formación, superando cada etapa en su camino hacia la corona.
Leonor se encontraba indispuesta
Ha sido una de las semanas más duras para Leonor, que poco a poco empieza a aclimatarse a la nueva situación. Le espera un largo camino por delante, y el barco será su nueva casa. La princesa por fin podía salir a la calle este viernes por la mañana, cuando el buque escuela desembarcó en Tenerife, la primera visita. Ha sido una visita solo para que le tomen fotografías, ella volvió a su camarote al notarse indispuesta y cansada.
Estará varado hasta el próximo lunes. Este fin de semana recibirá visitas del público. La próxima semana hará otra parada en Gran Canaria. Continuará navegando por Salvador de Bahía (Brasil), Montevideo (Uruguay), Punta Arenas y Valparaíso (Chile). Continuará por El Callao (Perú), Ciudad de Panamá (Panamá), Cartagena de Indias y Santa Marta (Colombia), Santo Domingo (República Dominicana), Nueva York (EE.UU.), Gijón, Ferrol y Marín.
