Leonor se encuentra en pleno crecimiento. El próximo mes de octubre cumplirá 18 años. Cada vez participa en más actos públicos y está más expuesta a las cámaras. En una de sus últimas apariciones visitó un instituto de Leganés y cuando sonrió ante los medios, se pudo ver con claridad que le faltan los dos colmillos superiores. Por su edad, la hija de Letizia y Felipe ya se ha deshecho de todos los dientes de leche. Las nuevas piezas dentales, como a muchos adolescentes, no le han salido muy rectas y es probable que necesite un corrector dental.
Se percataron del estado de sus dientes porque era de las primeras veces que posaba sin mascarilla. Hay que recordar que los dos últimos años, de los 14 a los 17 acudió a los actos con la mascarilla reglamentario por las medidas contra la Covid.
En anteriores imágenes, cuando tenía 13 o 14 años, Leonor todavía mostraba los colmillos superiores, eso es porque todavía eran de leche. Así que la teoría es que los colmillos permanentes nunca se le formaron o le salieron.
La agenesia dental es hereditaria
El Confidencial Digital consultó con varios expertos odontólogos y explicaron que Leonor sufriría una agenesia hereditaria, una enfermedad que consiste en la inexistencia o falta de crecimiento de uno o más dientes debido a la ausencia de tejido primordial.
Para solucionar este problema, se abre espacio con aparatos y en su lugar se colocan unos implantes, colocando una raíz artificial y una corona dental. No obstante, usar implantes no está recomendado hasta que cumpla la mayoría de edad y su boca termine el crecimiento.
Según fuentes cercanas a Zarzuela, Letizia se mostró preocupada por este hecho. Un prestigioso odontólogo le informó que se trataría de una agenesia hereditaria. Le sorprendió que este síndrome no tuviese tratamiento y que su hija tuviese que recurrir a implantes.
Es importante que Leonor tenga en un futuro todas las piezas, incluidos esos colmillos superiores, ya que son de vital importancia para el correcto funcionamiento de la boca, especialmente para masticar los alimentos o para hablar, ya que la existencia de espacios dentales vacíos provoca posiciones anómalas y forzadas en el resto de la boca.
A pesar de este problema, y no poderlo disimular con mascarilla, Leonor se mostró como siempre muy responsable y educada. Siempre sonriente. Natural. En un futuro, la princesa usará correctores dentales, tal vez debido a su exposición mediática, los aparatos invisibles, y se deberá valorar pronto la posibilidad de ponerle implantes en los colmillos.
Esta enfermedad parece rara, pero es más común de lo normal, entre un 2 y un 5% de la población la padecen. Suele ser más habitual en niños y en personas con alguna alteración cromosómica, pero puede aparecer en cualquier persona de cualquier edad. Afecta tanto a los dientes de leche como a los permanentes.
Según varios estudios, la agenesia dental es de carácter hereditario, así que alguien en la familia de Felipe o de Letizia ha sufrido el mismo problema que Leonor. Como es probable que esto haya sucedido en la adolescencia de esa persona, ya se habría corregido el problema con implantes. En cambio, su hermana Sofía no ha tenido el mismo problema. Ella tiene todas las piezas dentales, por lo menos a simple vista. En la mayor parte de los casos el diente no termina por formarse debido a la obstrucción física o a la falta de espacio, también puede ser por anomalías en el desarrollo de epitelio dental interior y/o externo. Otros estudios apuntan a un factor evolutivo de la especie.