La llegada de la princesa Leonor a la Escuela Naval Militar de Marín ha marcado un hito importante en su formación, pero también ha desencadenado una serie de situaciones que están generando inquietud. La hija de los reyes Felipe VI y Letizia ingresó en la prestigiosa institución el pasado jueves 29, unos días después de la fecha oficial de inicio del curso.

Vestida con los galones de guardiamarina de Primero y el uniforme de la Armada de modalidad B, fue recibida por el comandante director, Pedro Cardona, y otros altos mandos, como los jefes de servicio, tal y como apunta Informalia. Su llegada fue destacada con la firma en el libro de honor y un encuentro con el comandante de brigada Erik Muñoz, quien será su jefe directo durante su estancia en la academia.

Princesa Leonor Escuela Naval Militar de Marín Casa del Rey

Primeros  contactos de la princesa Leonor con el ejército del mar

Uno de los primeros actos oficiales en los que participó Leonor fue la entrega de la insignia de alumna distinguida, un reconocimiento que ha sido otorgado también a otros compañeros. Esta distinción, según fuentes de la Casa Real, se concede al inicio del curso a los estudiantes que hayan cumplido ciertos requisitos en el año anterior, como calificaciones sobresalientes, una alta nota en instrucción y adiestramiento, y la ausencia de faltas disciplinarias. Surgen las dudas de si esta insignia realmente reconoce sus logros o forma parte del hecho de contar con una “condición especial” por ser la heredera de la corona.

Volviendo a sus primeras horas en el ejército naval, Leonor ya ha tenido su primer contacto con el mar, cuando protagonizó su primera salida a la mar en una instrucción marinera, un paso significativo en su formación naval. De hecho, también participó en la competición deportiva inter brigadas, en la que la suya salió vencedora.

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La presencia de Leonor genera las primeras controversias en la Escuela Naval Militar de Marín

No obstante, no todo ha sido positivo en su incorporación a la Escuela Naval de Marín. Su presencia ha traído consigo medidas que han generado malestar entre sus compañeros. A diferencia de otros años, en los que los alumnos podían utilizar sus teléfonos móviles para tomar fotografías de sus primeras experiencias en la navegación, en esta ocasión se les ha prohibido hacerlo. Esta restricción, que muchos atribuyen a la presencia de Leonor, ha causado un descontento palpable entre los estudiantes, quienes ven limitada una de las pocas libertades que tenían en los primeros días de curso.

Este inicio lleno de tensiones no ha pasado desapercibido, y algunos comienzan a cuestionar si la princesa Leonor está comenzando con buen pie en su nueva etapa en Marín. El hecho de haber llegado unos días más tarde que el resto de sus compañeros, junto con la prohibición de tomar fotos, ha creado una atmósfera de incomodidad que podría afectar la integración de Leonor en la academia. Este malestar temprano entre sus compañeros es un aspecto preocupante, especialmente en una institución donde el compañerismo y la camaradería son fundamentales para el éxito colectivo.